El municipio brasileño de Angra dos Reis buscaba la ayuda solidaria de la población para las víctimas de la tragedia climática que mató a 52 personas, mientras se programaban cultos de homenaje a los fallecidos.
Mientras equipos de la Defensa Civil estaban en su quinto día de trabajo consecutivo por los deslizamientos de tierra causados por la lluvia en la ciudad de Angra y la vecina isla Ilha Grande, diferentes entidades lanzaron campañas de donaciones de alimentos y ropa para las víctimas sobrevivientes.
La Defensa Civil también montó en un colegio público un esquema para recibir donaciones destinadas a desalojados.
El subsecretario del cuerpo local, José Lucas, dijo que la población de esta ciudad del litoral sur del estado de Rio de Janeiro (a 150km de su capital) está entregando a buen ritmo vestimentas, alimentos y hasta colchones para atender a los evacuados.
Los homenajes a los fallecidos tampoco quedaron de lado. En Angra el total de muertos llegó a 52 (74 en el estado de Rio) con dos nuevos cuerpos hallados en Ilha Grande.
La alcaldía de Angra anunció un culto ecuménico este martes como homenaje póstumo a las víctimas y en la principal iglesia local se hará al miércoles una misa especial.
En la ciudad de Angra los trabajos se concentraban en la favela Morro da Carioca, cerca del centro y donde murieron 21 personas, para retirar toneladas de lodo y escombros y derrumbar casas en áreas de riesgo.
Al inicio de la tarde del martes esas tareas tuvieron un momento de tensión y fueron paralizadas cuando algunos vecinos protestaron alegando que no fueron notificados que sus casas serían derrumbadas.
Al final, la Defensa Civil prosiguió destruyendo 20 casas de un total de 120 previstas.
El gobierno dispuso la construcción allí de una valla de contención contra posibles nuevos deslizamientos de tierra y dará por seis meses una ayuda para pagar una renta a quienes perdieron su hogar, por 297 dólares.