Internacional

Tormenta de nieve paraliza Washington

La gran cantidad de nieve acumulada paralizó hoy la capital de EE.UU., donde no están abiertas las oficinas del Gobierno Federal ni hay actividad del sector privado.

En toda el área han caído al menos 70 centímetros de nieve y en varias partes incluso un metro, lo que convierte la tormenta que comenzó el viernes por la tarde en «histórica».

Pero la situación puede aún empeorar dado que, para mañana martes, los servicios meteorológicos prevén una nueva nevada que puede incrementar las actuales montañas heladas en hasta 25 centímetros.

Las agencias federales que dan empleo en el área capitalina a más de 230.000 personas se encuentran hoy cerradas al igual que la práctica totalidad de los centros comerciales y, por supuesto, los colegios de toda la región que no sólo han anunciado su cierre hoy sino también para mañana.

En muchos lugares sigue habiendo cortes de electricidad, grave inconveniente que durante lo peor de la tormenta afectó a más de 200.000 hogares y que ahora se calcula que en los estados de Maryland y Virginia, así como en la propia capital, afecta a más de 100.000 hogares.

Dadas las dificultades para trabajar, las empresas eléctricas de la zona, Pepco y Old Dominion, han advertido que, a pesar de que intentan solventar los problemas con la mayor diligencia, es probable que «pasen días» antes de que la electricidad quede completamente restaurada.

El caos es también total en los aeropuertos. En Dulles (Virginia), que es el mayor de cuantos sirven al área de Washington, sólo han aterrizado y despegado un puñado de aviones en los últimos días, y el Reagan National, en la propia capital, está cerrado desde el pasado viernes.

El tráfico rodado se ve igualmente ralentizado dado que las grandes autopistas que rodean la capital sólo tienen abiertos la mitad de sus carriles. El tráfico, a pesar de que el día hoy está claro y hay gran visibilidad, es lento y peligroso.

Los autobuses no circulan y el metro sólo lo hace por las estaciones subterráneas.

Los servicios de ferrocarril también se encuentran suspendidos en su mayoría.

Las vías principales en la ciudad y los suburbios están transitables pero los camiones quitanieves no han pasado por las carreteras secundarias y tampoco por las calles de las zonas residenciales, por lo que hay decenas de miles de personas que, literalmente, se encuentran en sus casas atrapados por la nieve.

Las autoridades de los condados, de las que dependen los servicios de limpieza de calles, han explicado que han tenido que poner toda su maquinaria pesada a trabajar en las autopistas y calles principales, con lo cual no se ha podido atender a las zonas residenciales.

El resultado son carreteras pequeñas cubiertas de más de 70 centímetros de nieve helada imposible de retirar por quitanieves regulares.

Robert Davis, que vive en una zona residencial de Virginia, a escasos 20 minutos de Washington, explicaba a Efe que, en los 20 años que lleva residiendo en esa zona esta es la primera vez que no ha podido ir a trabajar.

«Me siento atrapado. Nunca había visto una cosa así. Y claramente, el Gobierno aquí no está preparado para afrontar una tormenta de estas dimensiones» dijo mientras con ayuda de su hijo intentaba retirar la nieve de la entrada del garaje de su casa.

El propio presidente de EE.UU., Barack Obama, que residió buena parte de su vida adulta en Chicago, donde la nieve es más que habitual, calificó la tormenta de este fin de semana en Washington como un «Snowmageddon».

La gente ha hecho gala de gran prudencia y hasta el momento, si bien se tiene noticia de más de 2.000 pequeños accidentes de tráfico en el área, sólo se conoce la muerte de dos personas.

El viernes un hombre y su hijo fueron atropellados por un tractor que resbaló en la nieve.