
Después de fuertes debates de ayer en la plenaria del Senado, la mesa directiva de la corporación decidió hacer caso a la notificación de la Procuraduría y dejar en pié la inhabilidad de Piedad Córdoba, quién ya no podrá asistir al recinto del Congreso como senadora.
En efecto, aunque el Senado tenía diez días para pronunciarse, solo se tomó poco más de 24 horas en decidirse en contra de Córdoba.
La congresista, visiblemente contrariada, dijo que interpondrá otros recursos legales en busca de recuperar su escaño en el Congreso de la República.
El presidente del Senado, Armando Benedetti había dicho ayer que se sometería a lo que ordenaba la ley, que en este caso es la destitución.
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