Internacional

G-20 cierra sin definir salida a la guerra de divisas

Los líderes mundiales de las 20 principales economías del mundo se negaron a apoyar los esfuerzos de Estados Unidos para llevar a China a una valorización de su moneda, lo que mantiene viva una disputa que aumenta los temores de una guerra de divisas global.

Al final de la cumbre de dos días, los líderes del G-20 —entre ellos los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de China, Hu Jintao— emitieron un comunicado recatado, que sólo señala que están de acuerdo en evitar una “devaluación competitiva” de sus monedas.

En rueda de prensa posterior Obama apenas pudo ocultar su irritación al denunciar que “China gasta una enorme cantidad de dinero interviniendo en el mercado para mantener devaluado el yuan”, por lo que remarcó la importancia de que China “pase a un sistema basado en el mercado”.

El mandatario estadunidense dijo que la política monetaria de China es “irritante” no sólo para su país, sino para muchos otros de sus socios comerciales, porque mantiene el yuan débil artificialmente para ganar una ventaja comercial.

Pero el intento de Obama de atraer apoyos de otros mandatarios se ha visto menoscabada por su decisión de imprimir 600 mil millones de dólares para impulsar a su aletargada economía, lo que debilita al dólar y revalúa artificialmente monedas como el euro o el real, lo que hace menos competitivas las economías de países exportadores, como Alemania o Brasil .

El hecho de que el G-20 no aprobara la posición estadunidense resalta la pérdida de influencia de Washington en el escenario internacional.

Amenaza proteccionista. La disputa por las divisas amenaza con resucitar políticas proteccionistas negativas como las que empeoraron la Gran Depresión de la década de los 30. El mayor temor es que las barreras comerciales hagan que la economía mundial recaiga en recesión.

La posibilidad de una guerra de divisas persiste, dijo el ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega.

Premio de consolación. Como premio de consolación para el fracaso de Obama, los dirigentes del G-20 señalaron que buscarán políticas que reduzcan los desequilibrios entre naciones que tienen grandes superávits comerciales y las que tienen déficits.

Más control a bancos. La cumbre del G-20 acordó unos requisitos de supervisión y capital más estrictos para las instituciones financieras, con acento en los grandes bancos globales, que tendrán que someterse a un mayor control para evitar nuevas crisis.

El nuevo marco acordado en Seúl intenta evitar que de nuevo los gobiernos tengan que acudir al rescate de bancos u otras entidades financieras consideradas “demasiado grandes para caer”, y para ello les pedirá mayores reservas que eviten rescates como los de RBS en Reino Unido o de la aseguradora AIG en EU. AP