La Crónica Radio Santa Fé

Santiago Barrios dirige el primer programa de psicoanálisis en la radio

Considero que el psicoanálisis es una escuela maravillosa que cada día me enseña cosas nuevas sobre la diversidad humana

Por: Jorge Consuegra (Libros y Letras)

“Hablemos de la vida” es un espacio radial precisamente para eso: para hablar de la vida. Y así es, pues allí se habla del dolor, de las ilusiones, de los afectos, los duelos, las angustias, los fracasos, los éxitos y quien ideó el espacio es el médico y psicoanalista Santiago Barrios quien, entre otras cosas, también se le midió a la literatura con una singular aceptación entre sus lectores.

Pero ¿por qué ahora la radio? Porque él tiene el convencimiento y la convicción que la radio es mágica con sus temas, sus protagonistas y hasta con la misma hora. Hay noctámbulos fascinados con ciertos locutores que los acompañan a lo largo de la noche y de pronto concilian el sueño o le dan solución a sus problemas o se olvidan de lo que cruel que a veces puede ser la vida. Por eso Santiago Barrios se le midió a un nuevo reto: la radio.

– ¿Por qué resolvió estudiar medicina? ¿Siempre hubo médicos en la casa?

– Sí. En mi familia hay médicos, odontólogos, psicólogas, nutricionistas y enfermeras; puede decirse que tengo bastante gente cercana que trabaja en el área de la salud. Este estilo de vida, y esta filosofía, me han sido bastante conocidas desde mi infancia. Sin embargo, hay algo más. Como le suele suceder a todas las personas cuando escogen un oficio, si bien se parte de lo conocido, también hay otros motivos, la ocupación siempre se elige porque satisface necesidades emocionales íntimas. Y creo que en mi caso personal, un componente muy importante fue la muerte de mi mamá cuando yo tenía ocho años. Ese es un evento que transforma por completo la mente de un niño, y que tiene efectos duraderos en la personalidad. De modo que su fallecimiento me enseñó prematuramente sobre los límites de la vida, sobre la vulnerabilidad del cuerpo, sobre el hecho de que para morir, la única condición es vivir. Así que, como suele suceder con muchos trabajadores del área de la salud, de cierta manera quería aprender a controlar la vida y la muerte conociendo los mecanismos de la salud y la enfermedad, descubriendo las alternativas de tratamiento, con la idea de saber más sobre los límites entre el vivir y el morir. Y en este momento un psicoanalista diría: este es un enfoque reparatorio inconsciente de una experiencia traumática en la infancia.

– ¿Si no se hubiera formado como médico, qué otra profesión le hubiera gustado seguir?

– Habría sido físico. Me parece fascinante su búsqueda de las leyes universales que explican el funcionamiento del universo. Como decía el físico americano Murray Gellman, premio Nobel en 1969 por sus descubrimientos sobre partículas subatómicas, la manera de organizar los quarks por igual determina el comportamiento del Sol y el de un jaguar cazando al atardecer en una llanura africana. De manera que, la física busca regularidades en la naturaleza para tratar de explicar científicamente este estado de cosas que llamamos universo. ¡¿Qué hay más hermoso que eso?! Y en ese sentido, la física guarda cierta semejanza con la medicina, pues son disciplinas que aspiran a explicar todo lo que es, y lo que no es. Al fin y al cabo, el universo está hecho de palabras, utilizamos el lenguaje para describir y narrarlo todo.

– ¿Qué lo impulsó a especializarte en psicoanálisis?

– En primer lugar, debo aceptarlo, yo era un paciente que necesitaba tratamiento. Una fuerza interior en mí, un impulso inconsciente, digamos, me llevaba a tratar de hacer la paz conmigo mismo. Necesitaba conocerme, aceptarme, elaborar y comprender, entre otras cosas, la muerte prematura de mi mamá con todas sus implicaciones presentes. Pero también descubrí que la palabra ‘psicoanálisis’ tenía varios significados: era un método de tratamiento que aliviaba síntomas mentales, además su finalidad era que las personas vivieran con más satisfacción con lo que disponían, pero también era una herramienta para estudiar la mente, para conocer más sobre los misterios humanos, con fines terapéuticas, claro está, porque también es un cuerpo teórico sobre el funcionamiento de la personalidad y, por último, es un movimiento que agrupa pensadores de todos los países del mundo, a través de sociedades científicas ubicadas en casi todos los países y que constantemente generan investigaciones y publicaciones al respecto. De modo que el psicoanálisis es un área enorme del conocimiento. No hay dos personas iguales, ni siquiera al ser mellizos, cada cual tiene sus preocupaciones, sus pesares, sus inquietudes y sus conflictos, así que un consultorio psicoanalítico es un observatorio del mundo, un lugar fascinante a donde se tocan tantos temas como intereses tengan los pacientes. Y nunca hay dos sesiones iguales, así la persona esté hablando sobre algo que ya había tratado con anterioridad. Es como decir, no hay dos aguaceros iguales, ni dos amaneceres idénticos, todos son eventos diferentes.

– ¿Qué es tan llamativo de esta profesión?

– Del psicoanálisis me llaman la atención varias cosas. En primer lugar, es una terapéutica. Es un tratamiento que ayuda a las personas. De manera que es eficaz y útil, tiene un aspecto pragmático. Durante las últimas dos décadas han aparecido varios trabajos de investigación que confirman el beneficio terapéutico del psicoanálisis, muchos de ellos bastante grandes, pues algunos han estudiado a más de mil casos en un solo protocolo de investigación. Pero también esta certeza surge de mi experiencia personal. En la medida en que he terminado casos de psicoanálisis, con frecuencia, las personas han regresado a mi consultorio a contarme sobre cómo sus vidas cambiaron, cómo se hicieron más satisfactorias y exitosas. De modo que esta técnica sí funciona en mis manos. Y se trata de gente que ha estado en psicoanálisis por igual durante períodos largos y cortos, porque en la duración del tratamiento también hay una variabilidad amplia: así como hay gente que busca contestar preguntas concretas y específicas con el psicoanalista, dudas que pueden resolver en un solo encuentro, también hay gente con inquietudes y conflictos mucho más complejos y profundos, de modo que el psicoanálisis toma mucho más tiempo. Todo depende del caso por caso. Así que, en últimas, considero que el psicoanálisis es una escuela maravillosa que cada día me enseña cosas nuevas sobre la diversidad humana. Porque, como decía Gabriel García Márquez, la realidad siempre es más rica que la fantasía. De modo que podría resumir esta respuesta en que encuentro sorprendente y fascinante conocer a otras personas, y poder ayudarles a cambiar su perspectiva sobre la realidad que los agobia.

– ¿Cómo le fue con su experiencia en televisión?

– Para mí, la televisión fue una experiencia estupenda. Esa época de “El conventillo de paso” que se emitió durante 4 años por Telmex, me pareció interesantísima y muy formadora. Los Jueves al medio día teníamos oportunidad de sentarnos contigo, a dialogar frente a las cámaras sobre temas diversos desde el punto de vista del psicoanálisis, y como es natural, con la intervención invaluable de las llamadas del público. Lo que sucede es que durante los últimos quince años he sido un entusiasta de la divulgación de los temas de salud, en especial, del psicoanálisis. Creo que hablar sobre estos asuntos es útil para las personas porque cuando alguien está en crisis suele quedarse sin salidas, toma las cosas a la tremenda, se va a los extremos, las preocupaciones se vuelven todo o nada, blanco o negro. Y la experiencia que tuve en ese programa de televisión me mostró que hablar de estos tópicos era una herramienta poderosa, ya que podía hacer reflexionar a las personas, y en ocasiones, hasta transformar un poco su perspectiva para descubrir una manera nueva y creativa para salir del conflicto. Pero también esa etapa me enseñó a desenvolverme en ese ambiente de cámaras y farándula. Cómo extraño esa época.

– ¿Por qué decidió hacer un programa de radio?

– A decir verdad, no soy el primer psicoanalista con un programa de radio. Tal vez el caso más llamativo y popular fue el de Donald Winnicott, tenía un programa radial en Inglaterra poco después de la Segunda Guerra Mundial. Y así hay varios ejemplos. Lo que sucede es que luego de publicar textos de varias clases, desde artículos científicos, hasta columnas, pasando por editoriales, ensayos, cuentos y blogs, y de haber hecho televisión, me parece que es un desafío interesante. Resulta que la vía privilegiada para el psicoanálisis es el habla. De modo que, qué mejor que el radio para hacerlo. Además tengo la hipótesis de que puede funcionar como el diván, ya que esta situación tiene en común con el confesionario, el teléfono y la Internet, que crea ambientes en el que las personas dialogan si verse a la cara. Y eso produce una situación especial porque la gente puede expresarse con más libertad. De manera que mi hipótesis es que el radio es un método privilegiado para hablar de psicoanálisis con mucha gente.

– ¿Qué temas se abordan en “Hablemos de la vida”?

– Yo creo que en este programa radial se pueden tratar todos los temas concebibles, desde culinaria, hasta cine y literatura, desde medicina, hasta la terminología de la salud mental, incluso se puede hablar de situaciones de actualidad, en fin. Y todo esto desde el punto de vista del psicoanálisis, claro está. Por eso el programa tiene tres secciones: “Hablemos sobre psicoanálisis”, “Hablemos sobre psicosomática” y “Hablemos de la vida”. La primera parte tocará temas psicoanalíticos, por ejemplo, en la primer emisión pienso hablar sobre el qué, el cómo y el para qué del psicoanálisis. Luego la segunda parte, se referirá a asuntos relacionados con la unidad mente cuerpo. Al fin y al cabo, la unidad psicosomática es una realidad, así como el cerebro afecta la mente, también la psicología de las personas se relaciona con cambios neurológicos. De modo que, siguiendo la premisa psicoanalítica de que todo aquello que no puede elaborarse, simbolizarse, comprenderse, se transforma en síntomas mentales, y a menudo también físicos. Por último, en la tercer parte, tocaremos temas que tengan que ver con arte y cultura. Esto es lo que se conoce como psicoanálisis aplicado, es decir, el uso de los conceptos psicoanalíticos a la hora de explicar las creaciones artísticas. Sin embargo, el programa tendrá tan solo treinta minutos cada semana, así que para hacerlo más claro, más útil y más dinámico, tendrá un enfoque basado en problemas. Siempre trataremos de tener un caso particular o una situación especial sobre la cual construiremos el programa. Por eso, con frecuencia tendremos invitados.

– ¿Cómo es la participación a los oyentes?

– “Hablemos de la vida” es un programa radial abierto y amigable, basado en problemas. De mi experiencia en televisión me quedó clarísimo el valor incalculable de los aportes del público al desarrollo de esta clase de programas. Y la finalidad de “Hablemos de la vida” es crear un punto de encuentro entre la gente y el psicoanálisis. A donde si bien, somos conscientes de que en el mundo hay toda clase de problemas apremiantes, como la pobreza, la corrupción, la guerra, el hambre, las epidemias, la desaceleración de la economía mundial y las amenazas en contra de la unidad de la Unión Europea, también es cierto que el hombre padece en su mundo personal, y solitario. De modo que, partiendo de la premisa psicoanalítica de que todo lo que traen las personas a la sesión es importante, “Hablemos de la vida” tiene sus líneas abiertas para comunicarse con la gente.

– ¿También hay participación con los oyentes que escriben?

– ¡Claro! Además de las líneas telefónicas de Radio Santa Fe, 1070 am, ya creé varios accesos por la Internet. A través de Twitter, https://twitter.com/HablemosDeLaVid , así como de Facebook, https://www.facebook.com/pages/Hablemos-de-la-Vida/358282954241607 , y de un correo electrónico, hablemosdelavida6@gmail.com . Por último, en El Magacín Punto Com, http://elmagacin.com/ , he creado un blog a donde pienso colgar los podcasts semanales, para que nadie se pierda el programa. Como decía, la intención en “Hablemos de la vida” es comunicar.

– ¿Va a seguir combinando medicina, psicoanálisis, literatura y radio?

– ¡Indudablemente! Me parece que hay sinergia entre estas actividades. La idea es alcanzar a un público amplio para difundir estas ideas sobre un vivir más satisfactorio, equilibrado y justo, tratando de aliviar en algo la sensación de futilidad del hombre moderno. En fin, la idea es tratar de ayudar a las personas con este enfoque laico sobre la condición humana.

– ¿Se sientes como pez en el agua en estas cuatros aguas?

– ¡No! A decir verdad, estoy angustiado con esta nueva experiencia de “Hablemos de la vida”. Este es un proyecto totalmente nuevo para mí. De manera que me causa zozobra y preocupación. Hasta me sueño con él. Es más, lo que me da seguridad y confianza para seguir adelante, es la guía y la experiencia y dedicación del equipo de Libros y Letras, muy competente y serio, a la hora del trabajo. Pero también soy de los que piensan que el sentido de la vida está en la lucha. Que los nuevos proyectos y desafíos son la sal y la pimienta de la existencia. Así que seguir adelante con la medicina, el psicoanálisis, la literatura y el radio me parece la vía razonable para continuar con este camino profesional que he trazado para mi vida. Al fin y al cabo, aun cuando el psicoanálisis terapéutico es un trabajo artesanal y laborioso, el psicoanalista tiene una función social, es un investigador que tiene un papel pedagógico útil para la comunidad.