Por Gloria Hurtado, psicóloga de Radio Santa Fe

La actriz Alejandra Azcárate hace comentarios fuerte y denigrantes hacia una mujer que no es flaca, manejando una ironía exagerada diciendo que son encantadoras pero que los hombres les huyen para que no se sienten en sus piernas porque los ‘espichen’.

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Aunque ella tiene derecho a escribir lo que quiera, sus comentarios fueron muy incómodos, razón por la cual recibió tantas críticas, sobre todo en las redes sociales. Pero me pregunto: ¿hasta dónde podemos llegar?

Es mejor decir las cosas que tomar actitudes de agresión, pero la palabra también es ofensiva, entonces ¿hasta dónde llega mi derecho de decirte lo que yo pienso de ti? Y ¿a dónde empieza el respeto por lo que tú puedas sentir y pensar?

Es definitivo que los comentarios o el humor ‘negro’ de Azcárate son un bullying social, igual que las columnas, muy leídas por cierto, de Daniel Samper Ospina, donde también se burla de los defectos de la gente.

Así las cosas, ¿con qué autoridad podríamos corregir a un niño que se burle en el colegio de un compañero?