Tras la condena a muerte del vicepresidente iraquí, Tariq al Hashimi una serie de carros bomba estalló el domingo en distritos chiíes de Bagdad. Los ataques terroristas dejaron cerca de 100 personas muertas.

Los artefactos explosivos fueron detonados en lugares de mayor recurrencia. Entre estos un restaurante y una cafetería. Mientras que otra bomba estalló en una zona comercial, dejando más de 50 muertos.

«Escuché mujeres gritando, vi gente corriendo en todas las direcciones, sillas esparcidas por la calle. Mis ventanas estallaron, mi madre y dos niños resultaron heridos también», dijo Alla Majid, todavía temblando después de una explosión en Ciudad Sadr.

Al Hashimi, prófugo de la Justicia y refugiado en Turquía, pues abandonó el país antes del inicio del juicio, el 3 de mayo, fue acusado de liderar un escuadrón de la muerte y de estar involucrado del asesinato de un abogado y miembros de los servicios de seguridad, informó DPA.

El vicepresidente, el suní con mayor cargo en el país, negó las acusaciones y denunció un complot político por parte del gobierno shíi del primer ministro, Nuri al Maliki.

Al Hashimi buscó refugio en la región semiautónoma kurda del norte de Irak en diciembre, después de que se decretara una orden de arresto en su contra.

Según informaciones posteriores no confirmadas, habría huido después a Turquía y Qatar. En la actualidad no se conoce su paradero.

La máxima corte penal del país decretó “una condena de muerte mediante ahorcamiento” para el vicepresidente, que no ha estado presente en el proceso, y para su yerno y asesor, Ahmed Kahtanha.

Santa Fe con Reuters