La Crónica Radio Santa Fé

Un ‘conductor fantasma’ se llevó la vida de Juan Pablo

Juan Pablo de Francisco era un joven profesional de 25 años, hijo mayor de una familia conformada por sus hermanos menores, su madre y su padre. Además de haber terminado sus estudios en Administración de Negocios, también era empresario, y cada día viajaba a Chía para adelantar la puesta en marcha de un proyecto gastronómico en el que trabajaba.

Sin embargo, la mañana del 3 de agosto de este año su rutina cotidiana no pudo ser concluida. Hacia las 10:15 a.m., luego de pasar el peaje de los Andes, fue chocado por un automotor que lo elevó por los aires, haciéndole perder su vida casi al instante.

“Mi hijo se trasladaba en una moto de alto cilindraje hacia Chía donde adelantaba la obra de un bar- restaurante. A 3km y 300 metros del peaje de los Andes, colisionó con un vehículo conducido por una señora quien había realizado el retorno, de norte a sur”, relata Alejandro de Francisco, padre del joven.

La conductora del vehículo aparentemente hizo una maniobra y se atravesó por el carril de la izquierda, lo que ocasionó el choque entre ambos vehículos. “Ella manifestó que no vio al motociclista que iba en el carril izquierdo”, señaló el progenitor.

No obstante, se realizaron las labores de levantamiento por parte de las autoridades, aún se desconocen los detalles del accidente. De acuerdo con el dictamen forense de Medicina Legal, este profesional en Administración de Negocios falleció debido a que la médula espinal se desprendió con el impacto.

“Las autoridades no se percataron en tomar testigos presenciales del hecho”, asegura el padre, a quien le ha tocado hacer una labor propia de investigación para recabar evidencias que demuestren la culpabilidad del “conductor fantasma” que terminó con la vida de su hijo.

Alejandro de Francisco comenta que no ha sido posible lograr la autorización de un investigador avalado por la Fiscalía para adelantar la indagación. “De acuerdo a una sentencia 454 del 7 junio de 2006 de la Corte, uno puede solicitar a la Fiscalía que avale un investigador, pero esa solicitud fue negada”.

Y a pesar de que a la Policía de carreteras le fue asignada la investigación, ellos le manifestaron a este padre que no solo tienen que estar al tanto de este, si no de otros 1.200 casos, que al menos ocurren en las vías con frecuencia.

De acuerdo con el padre de Juan Pablo, del accidente se sabe que fueron testigos algunos operarios de la TCC, del Consorcio Devinorte y un motociclista, de quien no se tiene información sobre su identidad.

“Aún estamos detrás de un conductor de una moto Pulsar negra que manifestó haber visto el accidente”, asegura De Francisco, quien además señala que el Consorcio Devinorte realizó una investigación interna, pero no quiso facilitarla, por lo que tuvo la familia que recurrir a un recurso para que la Fiscalía les solicitara esa investigación.

“No ha sido posible que las personas de manera voluntaria y solidaria me colaboren”, y relata cómo ha hecho lo humanamente posible por esclarecer las circunstancias en las que su hijo murió.

“La semana pasada me paré en el mismo sitio del accidente con un cartel en el que hacía alusión al hecho, buscando testigos, pero el consorcio me retiró de la vía, pues estaba prohibido”, dice Alejandro de Francisco.

Como él comenta, no ha sido posible que las personas de manera autónoma colaboren con el caso. Van 58 días desde esa trágica mañana y lo único que la familia de Juan Pablo tiene en su poder son algunos videos del peaje, donde se comprueba cómo ocurrió el accidente, pero poco o casi nada sobre el autor material del mismo.

Según el padre, en los videos se evidencia que el choque “no fue por delante ni por detrás. El carro estaba a 90 grados de la vía, por el carril derecho, y mi hijo no tuvo la visual para percatarse de que la señora iba a hacer esa maniobra”.

En su momento, la Fiscalía declaró el hecho como homicidio culposo y entregó un programa meteorológico a los investigadores, para averiguar quién era la víctima y cómo ocurrió el accidente; pero aún no hay respuestas concluyentes sobre la autoría.

“Yo quiero esclarecer la verdad de lo que pasó, y darle celeridad al proceso. La vida nos cambió. Ahora nos toca afrontarla sin un hijo”, afirma este padre, que lo único que busca son respuestas a las múltiples inquietudes que perturban su mente cada noche, cada día, cuando no hace sino recordar aquella mañana en la que supo que su hijo no volvería a casa.

Si usted fue testigo y tiene una declaración que ayude a esclarecer estos hechos, puede comunicarse con la prima de Juan Pablo: María Isabel Quiñones, al 317 432 81 95.

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