
Mientras se llora la muerte de 27 personas entre ellas 18 niños una escuela primaria del estado de Connecticut, EEUU, la venta de armas de fuego sigue sin control, y como juguetes para los niños se promocionan desde esta navidad.
La muerte parece ser un juego de niños y como productos de la canasta familiar se exhiben en folletos sin control que inclusive podrían llegar a manos de niños perdiendo el temor hacia las armas y convirtiéndolas en elemento de la cotidianidad.
Por precios que oscilan entre los 260 dólares y los 1.000 dólares un ciudadano estadounidense puede adquirir desde un revolver hasta un rifle de asalto de largo alcance.
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