Judicial

Javier Velasco pidió perdón a la familia de Rosa Elvira Cely

A una pena de entre 45 y 50 años de cárcel será condenado Javier Velasco Valenzuela por el atroz crimen de Rosa Elvira Cely, a quien torturo, violó y empaló en el Parque Nacional de Bogotá.

La condena será proferida esta tarde por la juez segunda adjunta especializada de Bogotá, luego que Velasco Valenzuela, con pasmosa tranquilidad y sin asomo de verdadero arrepentimiento, pidiera perdón a la familia de Rosas Elvira.

La fiscalía pidió la pena máxima que contempla la legislación penal colombiana, es decir, 60 años de presidio.

Al pedir perdón, en la primera etapa de la audiencia cumplida esta mañana, Javier Velasco Valenzuela expresó que ya Dios lo habia perdonado y quería resocializarse.

Previamente, Velasco Valenzuela atribuyó su demencial actuación, a una adicción, la cual, sin embargo, no especificó.

«Invito a la sociedad a que así como estoy siendo juzgado ustedes mismos se juzguen interiormente y sepan hasta dónde nos puede llevar una adicción», precisó y luego dijo:

«Pido perdón a la familia de la víctima, porque Dios ya me perdonó, y quiero resocializarme».

El pronunciamiento lo hizo Velasco Valenzuela poco antes de que la juez decretara un receso hasta las 3 de la tarde para leer la condena que le impondrá por el crimen.

Como se recuerda el terrible drama que enfrentó Rosa Elvira Cely ocurrió entre la noche (y la madrugada) del pasado 23 de mayo, luego de salir del Colegio Manuela Beltrán, ubicado en la Avenida Caracas con calle 57, donde estudiaba junto con su victimario.

Con engaños, Velasco Valenzuela, la llevó al Parque Nacional y luego de golpearla con el casco de la motocicleta, la arrastró hasta un oscuro paraje donde la sometió a toda clase de vejámenes y finalmente intentó asfixiarla, para dejarla abandonada agonizante.

Sin embargo, a través de su teléfono celular Rosa Elvira llamó al teléfono de emergencia, pidió ayuda y trató de orientar a los bomberos para localizarla, que solo la encontraron más de 4 horas después, para llevarla al Hospital Santa Clara, donde murió cuatro días después.

Por fortuna, Rosa Elvira alcanzó a decirle a sus rescatadores el nombre de su asesino.

El director del Hospital Santa Clara, José Páramo, se declaró horrorizado por el estado en que llegó la mujer a urgencias del centro asistencial.

«Estaba golpeada, en su cráneo, en su cuello, en varias partes del cuerpo, con heridas también de arma corto punzante y con heridas en la región anal», señaló entonces.

Advirtió que los médicos que la atendieron en urgencias manifestaron que nunca habían visto algo tan brutal y tan horrible, pues encontraron «partes del intestino con desgarro, con rupturas, con lesiones, y además con material orgánico vegetal y tierra dentro de la cavidad abdominal».

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