Como se preveía la gran tormenta de nieve que afecta el noreste de Estados Unidos provocó cortes eléctricos en más de 650.000 y a su paso dejo una capa de nieve que alcanzo los 60 centímetros de grosor.
El estado que más daños presento fue Massachusetts donde los vientos alcanzaron una velocidad de cerca de 90 kilómetros por hora, y golpearon fuertemente más de 300.000 hogares los cuales sufrieron constantes apagones.
El Servicio Nacional de Meteorología emitió una alerta de tormenta con vientos previstos de hasta 80 kilómetros por hora que rige desde este mañana hasta mañana al mediodía. Y el servicio de Climatología advirtió que la tormenta podría dejar más de 60 centímetros de nieve en la región de Nueva Inglaterra. También se pronostican fuertes nevadas en los estados de Nuevo Hampshire y Maine.
Entre las primeras disposiciones, fueron cancelados más de 3.400 vuelos y se suspendieron las clases en distintas ciudades del noreste de EEUU.
En Nueva York, el alcalde Michael Bloomberg emitió una alerta de tormenta para la ciudad. “Esperamos que las previsiones sean exageradas sobre la cantidad de nieve, pero nunca se sabe”, dijo anoche, aunque señaló que lo peor del fenómeno climático se producirá fuera de la jornada laboral, entre esta noche y mañana a la mañana, lo que amortiguaría sus efectos.
El gobernador de Massachusetts, Deval Patrick, advirtió que se espera que “la acumulación de nieve sea rápida, fuerte y peligrosa”.
El aeropuerto de Boston, uno de los más importantes del país, ya había anunciado que cancelaría todas sus operaciones desde esta tarde del viernes. Hasta el momento han sido cancelados más de 3.400 vuelos de hoy y mañana y se han visto afectados más de 60 aeropuertos en todo Estados Unidos, según la web de tráfico aéreo Flight Aware.
Varias ciudades como Boston (Massachusetts), Providence (Rhode Island) y Hartford (Connecticut) cancelaron hoy las clases preventivamente. Y el servicio de trenes Amtrak prevé suspender todos sus recorridos en el corredor noreste de EE.UU.
La tormenta seguirá una trayectoria similar a la del Huracán Sandy, que azotó la región en noviembre pasado, especialmente Nueva York y Nueva Jersey, donde parte las labores de reconstrucción aún no han concluido.