El gobierno y las Farc inician hoy en La Habana, Cuba, la negociación del segundo punto del proceso de paz, relacionado con la participación política del grupo guerrillero, hecho que ha sido definido por el presidente Juan Manuel Santos como la gran oportunidad el cambiar las balas por los votos.
Las conversaciones se reanudan luego de un receso de dos semanas, tras el primer acuerdo sobre el tema agrario, suscrito el 26 de mayo pasado.

El jefe del equipo negociador del gobierno, Humberto de la Calle Lombana, advirtió que en esta nueva etapa de las conversaciones las Farc tienen la oportunidad de convertirse en una fuerza política sin armas.

El segundo punto de la agenda, relacionado con la participación política de las Farc, se divide en tres apartados.

El primero abarca los «derechos y garantías para el ejercicio de la oposición política en general, y en particular para los nuevos movimientos que surjan luego de la firma del acuerdo final» de paz, así como el acceso de estos grupos a los medios de comunicación.

El segundo definirá «mecanismos democráticos de participación ciudadana» y el tercero, «medidas efectivas para promover mayor participación en la política nacional, regional y local de todos los sectores», para lo cual la guerrilla quiere igualdad de condiciones y garantías de seguridad una vez dejen las armas.

El cabecilla y negociador de las Farc Iván Márquez expresó la esperanza del grupo guerrillero de poder hallar una solución política al conflicto armado, y dijo que la disposición de la organización armada para buscar una salida menos cruenta al conflicto es irreversible.

Sobre los alcances del tema de la participación de las Farc en política hay división de opiniones en el país.

El expresidente Alvaro Uribe Véle ha sido uno de los más acérrimos opositores a que se les otorguen derechos políticos a los cabecillas de las Farc que han cometido delitos de lesa humanidad.

«El campo en ruinas y la brújula del Presidente y del Ministro es el acuerdo con el terrorismo», escribió en su cuenta en Twitte el exmandatario.

Y en este mismo sentido se pronunció en las ultimas horas el senador de ‘la U’ Juan Carlos Vélez, quien dijo que a los cabecillas de las Farc, comenzando por alias Timochenko e Ivan Márquez, que hayan cometido delitos de lesa humanidad no se les puede conceder la posibilidad de ser elegidos en cargos públicos, porque el marco para la paz establece claramente que esos delitos no podrán considerarse conexos a los políticos.

Mientras tanto, Iván Cepeda, representante a la Cámara por el Polo Democrático, defendió la inclusión de las Farc en la política activa del país y dijo que espera que “los equipos de conversaciones con la misma eficacia y con la misma disposición aborden este segundo punto y que muy pronto tengamos un resultado en términos de un segundo acuerdo que le daría a la paz a mi modo de ver una base muy sólida y la probabilidad muy grande de un acuerdo final».

Alejo Vargas, director del Centro de Estudios de Paz de la Universidad Nacional, emitió conceptos similares y señalo que “ como todos los colombianos tengo una gran expectativa de que se retome este segundo punto con el mejor ánimo de búsqueda de acuerdos, creo que ha pesar de pronunciamientos que a veces puedan sonar muy críticos, me parece que hay que verlos como que el Gobierno y las Farc, tienen la mejor disposición para avanzar y seguir en la construcción de acuerdos que permitan que ese segundo punto de la agenda se pueda evacuar en un tiempo relativamente corto».