Un niño de siete años sufrió un disparo accidental en el rostro cuando tomó el arma de su padre para jugar. El incidente ocurrió en Sabanagrande.
Cuando el niño jugaba con el arma, esta se le disparó y lo impactó en la boca. De inmediato los padres del menor lo trasladaron hasta el hospital de Sabanagrande, de donde fue remitido al hospital de la Universidad del Norte ubicado en la calle 30.
Allí los médicos le practicaron varios exámenes que arrojaron como resultado una fractura en el maxilar inferior del menor.
El secretario de Salud del Atlántico, David Peláez, acudió al lugar, tras enterarse de lo ocurrido y declaró que “ha podido ser un tema fatal, gracias a Dios la situación es delicada, pero no reviste mayor gravedad”.