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Timochenko invita al exsecuestrado general Alzate a dialogar de paz

FARC - GENERAL LIBERADO–Por considerar que «su voz pesa y define muchas cosas», el máximo cabecilla de las Farc, Timoleon Gómez, alias «Timochenko» invitó al exsecuestrado general Rubén Darío Alzate a dialogar de paz.

«Es mucho lo que podríamos hablar sobre eso», señala el mandamás de las Farc en una carta abierta que publicó en internet, en la cual en principio señala que el secuestro del oficial, que se prolongó 14 días en el Chocó, «se trata de un caso excepcional y rarísimo, aunque también podría indicar que la agudeza de la confrontación empieza a afectar las más altas jerarquías del mando militar, algo impensable hasta ahora».

Subraya que «desde luego esta última interpretación no resulta del agrado del Establecimiento, que prefiere adjudicar el hecho al azar o incluso a su negligencia personal» y se refiere al presidente Juan Manuel Santos, el primero en hacerlo –dice–, quizás afectado por el hecho de que hubiera sido el senador Uribe el encargado de publicar la noticia. Antes que expresar algún tipo de preocupación por la vida o la libertad de un general de la República, había que salir a exigir explicaciones sobre sus motivos para estar exponiéndose de tal modo», subraya.

Advierte en todo caso que «nadie que baje la guardia un segundo, ni siquiera el comandante de una fuerza multidisciplinaria de combate, aun en medio de su área de operaciones, se encuentra a salvo de una acción de la guerrilla en Colombia» y añade que este es un «desalentador mensaje a la confianza inversionista», en referencia al expresidente Alvaro Uribe.

Reseña que «días atrás, en zona rural de Tame, una patrulla de la Fuerza de Tarea Quiron también había sido sorprendida por las Farc, que se había llevado consigo a dos soldados profesionales. El teniente y cuatro policías más del puesto de policía de la isla Gorgona en el Pacífico perecieron dos semanas después, en una acción relámpago de las Farc que sorprendió por su audacia».

«Y sólo menciono acciones militares ampliamente registradas por los medios. Usted y yo sabemos que son muchas las que se presentan por todo el país, de cuya realización se evita dar cuenta. No se quiere ahuyentar capitales, ni dar protagonismo a unas Farc a las que se insiste en presentar vencidas. Su captura ha contribuido sin duda a poner las cosas en un lugar más justo», puntualiza.

Luego, Timochenko niega que las Farc esten diezmadas o reducidas y precisa:

«Un general de la República y su objetivo de alto valor sentados frente a frente, en medio del invierno implacable de la selva chocoana, quizás prefiguran lo que podía ser Colombia en un escenario de reconciliación. Si el capturado hubiera sido el nuestro, las cosas habrian sido muy distintas. Lo deseable, si queremos la paz, es que las cosas dejen de ocurrir de ese modo».

Por otra parte, destaca que la «detenciuón» del General también brindó espacio a otras realidades: Es cierto que el Presidente Santos reaccionó precipitadamente al suspender los diálogos de paz, condicionando su reanudación a su pronta liberación. Pero también lo es que paralelamente envió en secreto un propio a plantear alternativas. Es claro que no se trata igual a un general que a unos soldados».

Agrega que esto ya lo habían constatado «con los policías y militares que permanecieron largos años en condición de prisioneros de guerra a la espera de un canje por los nuestros. La opción entonces fue difamar de nuestras propuestas y acciones, sin reparar para nada en el drama de los detenidos, condenados a un prolongado cautiverio. Habría sido muy distinto con un diálogo al respecto».

Finalmente alias «Timochenko» reitera que las Farc están empañadas «desde siempre en la reconstrucción y reconciliación nacional, sobre bases de soberanía, independencia, desarrollo económico y justicia social» y afirma: «Fuimos obligados a hacer la guerra, por lo que estamos dispuestos a dejarla si realmente se garantiza en nuestro país el debate libre y abierto de ideas, sin odios ni persecuciones. Si se abre la democracia real».

«Creemos, general Alzate, que alguna voz cuerda debe brotar del seno de las fuerzas armadas, tras medio siglo de fallidas operaciones para exterminar la oposición política. Las viejas concepciones de la guerra total deben ceder ante otras nociones de seguridad que enfaticen en los verdaderos intereses nacionales, los de las grandes mayorías, no los de unas élites adineradas y egoístas».