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Jefe negociador del gobierno advierte «distancias considerables» para un acuerdo de paz con las Farc

FARC- CUBA- MESA DE DIALOGOS-2–Un «moderado optimismo» frente al avance de las conversaciones de paz con las Farc en La Habana, Cuba, expresó este lunes el jefe negociador del gobierno colombiano Humberto de la Calle Lombana, quien advirtió que «los temas pendientes tienen una enorme complejidad» y confesó que en el asunto de la llamada justicia transicional «todavía enfrentamos distancias considerables».

De la Calle Lombana señalo que «la paz no será un regalo fortuito» y exhortó a los colombianos a preparar «el ánimo para discusiones difíciles», lo mismo que a «aportar su cuota de sacrificio en el camino de enterrar por siempre el largo recorrido de aflicción que por más de cincuenta años ha ensombrecido la vida de todos».

En una declaración que emitió en la fecha, el jefe del equipo negociador del gobierno advirtió además que «el desescalonamiento y el cese del fuego bilateral y definitivo, exigen un trabajo cuidadoso, complejo, progresivo, que abra un clima de comprensión en la ciudadanía, y que a la vez permita brindar protección y seguridad a los colombianos como ha sido la clara instrucción del Presidente de la República».

El texto integral del pronunciamiento de De la Calle Lombana es el siguiente:

Durante los días 15 a 18 de enero, siguiendo precisas instrucciones del Presidente Santos, representantes de las delegaciones estuvimos reunidos para examinar el panorama general de los pasos a seguir y compartir visiones sobre los puntos restantes de la Agenda. Fueron reuniones de planificación, no de negociación.

Pero su contenido fue bastante positivo dado el respeto mutuo y el clima de dignidad en que se desarrollaron. Nunca habíamos llegado tan lejos. La información para los colombianos es, pues, de moderado optimismo. Ambas delegaciones mantienen una decidida determinación hacia el fin del conflicto.

No obstante, es necesario precisar que los temas pendientes tienen una enorme complejidad. En la justicia transicional, como era de esperar, todavía enfrentamos distancias considerables. A nuestro juicio, como lo ha dicho el Presidente Santos, Colombia debe ajustarse a estándares mundiales y nacionales, en particular, en lo relacionado con los llamados crímenes internacionales. Creemos, sin embargo, que hay espacios en el terreno de la alternatividad penal que permiten satisfacer en la mayor medida posible los derechos de las víctimas e impedir la impunidad. Y hablo expresamente de combatir la impunidad de todos los responsables.

De igual modo, como se ha dicho, el desescalonamiento y el cese del fuego bilateral y definitivo, exigen un trabajo cuidadoso, complejo, progresivo, que abra un clima de comprensión en la ciudadanía, y que a la vez permita brindar protección y seguridad a los colombianos como ha sido la clara instrucción del Presidente de la República.

Todo esto exige de parte de las Farc nuevos hechos enfilados al auténtico fin del conflicto. A su vez, la sociedad colombiana debe abrir su espíritu en el marco de una reconciliación que abra el horizonte de la paz que todos deseamos. Todos ponen, todos ponen, ese debe ser el lema. Todos debemos sacrificar algo. Nada de esto es fácil. Se requiere voluntad y altruismo. La paz no será un regalo fortuito. Preparemos el ánimo para discusiones difíciles. Para que cada colombiano entienda que debe aportar su cuota de sacrificio en el camino de enterrar por siempre el largo recorrido de aflicción que por más de cincuenta años ha ensombrecido la vida de todos.

Esto solo se logra buscando unidad. Sabemos que la unanimidad no es posible. Tampoco es deseable en una democracia. Tenemos que construir sobre el disenso. Pero con la mira puesta en las razones superiores de la comunidad colombiana. A los opositores hay que ofrecerles el ramo de olivo. Pero no para que renuncien a sus ideales, sino el ramo de olivo que se basa en la discusión respetuosa a fin de moldear los mejores caminos para lograr la paz. Por encima del rechazo y la diatriba, tenemos que encontrarnos como colombianos. Paz en La Habana desde los acuerdos. Paz en Colombia desde la tolerancia, el respeto y el patriotismo. Lo que hoy parece esencial para cada corriente fragmentada de pensamiento, es realmente poco el día que, evocando a Darío Echandía no solo se pueda pescar de noche, sino que también los niños puedan jugar fútbol sin perder sus piernas en el estallido de las minas.