Papa Francisco considera contradictorio que haya leyes para castigar a padres que le pegan a los hijos y leyes que permitan matarlos antes de nacer
–El Papa Francisco reiteró en las últimas horas que una nalgada para corregir a un niño «no viene mal», y tras recordar las críticas que suscitó en algunos países cuando dijo esto por primera vez, consideró contradictorio que en estos tiempos que vivimos haya leyes para castigar a los padres que le pegan a sus hijos y leyes que permiten matarlos antes de nacer.
«Nunca le den un cachetazo en la cara a un chico, porque la cara es sagrada, pero dos o tres palmadas en el traste no vienen mal”, precisó el sumo Pontífice en una entrevista que concedió al periódico «La Voz del Pueblo» de la localidad de Tres Arrojos, ubicada en la Provincia de Buenos Aires, Argentina, su tierra natal.
El Papa trajo nuevamente a colación la anecdota que contó durante una audiencia en la Plaza de San Pedro sobre la paliza que recibió de sus padres por haber dicho algo inapropiado a su maestra de cuarto grado, cuando tenía 10 u 11 años.
Por este hecho, sus progenitores fueron citados a la dirección del colegio y fue su mamá la que acudió y lo mandaron llamar.
«Mi mamá muy tranquila me comentó: Lo que le dijiste a la maestra no se dice. Ella trabaja para enseñarte, para hacerte hombre, así que pídele perdón. Le pedí perdón a la maestra, me dio un beso y me dijo que volviera al aula».
Dijo que pensó «esta ya la pasé», sin embargo se dio cuenta que «ése fue el primer capitulo», pues algo más lo esperaba a su regreso al hogar. «Ahí sí cobré lo lindo» precisó.
Luego advirtió que «en aquella época le daban dos cachetazos y listo», para destacar el cambio que los métodos para sancionar a los chicos han cambiado.
«Y es verdad, hoy día los métodos de castigo a los chicos cambiaron, hay otra sensibilidad. En aquella época te daban dos cachetazos y listo. Siempre digo: ‘Nunca le den un cachetazo en la cara a un chico porque la cara es sagrada, pero dos o tres palmadas en el traste no vienen mal’. Eso mismo lo dije en la audiencia una vez y algunos países me criticaron. Son países que tienen leyes de protección al menor muy estrictas… El Papa no puede decir eso. Pero curiosamente esos países, que incluso castigan al padre o a la madre que le pega al menor, tienen leyes que les permiten matar a los chicos antes de que nazcan. Esas son las contradicciones que vivimos ahora».»Hay otra sensibilidad. dijo y agregó:
El Papa Francisco habló también sobre lo que pasó en el partido Boca-River:
Fue una pena. Son esas salvajadas propias de la persona que la pasión lo desborda, y también la prepotencia y la no sociabilidad, la incapacidad de vivir en sociedad. La verdad que es lamentable que en nuestro pueblo existan cosas como las barras bravas, sé que en otros países también existen. Acá en Italia también hubo problemas entre barras bravas, que no necesariamente luchan por el club, la mayoría son mercenarios. Es lamentable. Yo viví el tiempo del fútbol amateur, en la campaña del 46 yo tenía 9 años y siempre iba a la tribuna, nunca a la platea. Lo peor que se le decía al árbitro era vendido, infeliz, idiota, y de ahí no subía. O patadura a alguno que no había agarrado bien la pelota, o dormido… No es esa catarata tan colorida de insultos de ahora. Ha cambiado el ambiente y es lamentable.
Igualmente sobre las presiones a que está sometido.
«Estoy llevando un ritmo de trabajo muy fuerte, es el síndrome del fin del año escolar, que acá termina a fin de junio. Y entonces se juntan mil cosas, y problemas hay… Y después están los problemas que te arman, con que dije o no dije… Los medios de comunicación también toman una palabra y por ahí la descontextualizan. El otro día en la parroquia de Ostia, cerca de Roma, voy saludando a la gente, y habían puesto a los ancianos y a los enfermos en el gimnasio. Estaban sentados y yo pasaba y los saludaba. Entonces dije: «Miren qué divertido, acá donde jugaban los chicos están los ancianos y los enfermos. Yo los comprendo a ustedes porque también soy anciano y también tengo mis achaques, soy un poco enfermo». Al otro día salió en los diarios: «El Papa confesó que estaba enfermo». Contra ese enemigo no podés.
¿Y está encima de todo lo que se publica?
No, no. Diario leo solamente uno, La Repubblica, que es un diario para sectores medios. Lo hago a la mañana y no me lleva más de 10 minutos ojearlo. Televisión no veo desde el año 1990 (se toma el tiempo para responder). Es una promesa que le hice a la Virgen del Carmen en la noche del 15 de julio de 1990.
¿Por un motivo en particular?
No, no, me dije esto «no es para mí».
¿No ve los partidos de San Lorenzo?
No veo nada.
¿Cómo se entera de los resultados?
Hay un guardia suizo que todas las semanas me deja los resultados y cómo va en la tabla.
Después se le preguntó al Papa cuáles consideraba los peores males que aquejan al mundo hoy y respondió:
Pobreza, corrupción, trata de personas… Me puedo equivocar en la estadística, pero qué me decís si te pregunto ¿qué ítem viene en gasto en el mundo después de alimentación, vestido y medicina? El cuarto son los cosméticos y el quinto las mascotas. Es grave eso, eh. El cuidado de las mascotas es como el amor un poco programado, es decir, yo puedo programar la respuesta amorosa de un perro o de una gatita, y ya no necesito tener la experiencia de un amor de reciprocidad humana. Estoy exagerando, que no se tome textual, pero es para preocuparse.
¿Por qué siempre repite «recen por mí»?
Porque lo necesito. Yo necesito que me sostenga la oración del pueblo. Es una necesidad interior, tengo que estar sostenido por la oración del pueblo.