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La aberrante situación que hay detrás de la intoxicación masiva de niños en el Colegio Marco Fidel Suárez

Los jibaros
Los jibaros
–Tristemente, con el episodio del colegio Marco Fidel Suárez, donde 22 niños se intoxicaron con una explosiva mezcla de espuma o polvo de extintor, marihuana, pegante y alcohol–y uno de ellos murió– solo se puso de manifiesto que el creciente problema de la drogadicción afecta a todos los establecimientos educativos de la capital de la república y que es poco o nada lo que se ha venido haciendo para prevenirlo ni enfrentarlo.

El mismo Personero de Bogotá, Ricardo María Cañón Prieto, advirtió que el 49% de estudiantes de los colegios oficiales y el 17% de los privados, enfrentan graves problemas de adicción, situaciones que se presentan en los sectores más pobres de la Ciudad, de muchas localidades y no hay políticas, planes y programas serios en materia de prevención del consumo de sustancias psicoactivas y alcohol en las escuelas y colegios del Distrito.

Cañón Prieto afirmó, además: “Hay diagnósticos, estudios, disertaciones y nos rasgamos las vestiduras cada vez que hay una noticia como esta , pero no hacemos nada efectivo y lo peor es que en una semana o dos, ya nadie estará hablando del tema”.

El hecho es que la misma Secretaría Distrital de Educación admite que en los entornos de los colegios se encuenteran alrededor de 131 «ollas» o puntos fijos de expendio de drogas alucinógenas y 471 puntos móviles para la venta, tránsito y consumo de sustancias psicoactivas.

Fuera de lo anterior, también identifica «alrededor de 632 corredores de hurto; 495 actores de riesgo delincuencial como parches, pandillas y bandas; 191 zonas de alto impacto, 144 lugares relacionados con la ocurrencia de riñas y 349 puntos de riesgo de accidentalidad vial», todo ello, alrededor de los colegios Distritales.

Sin embargo, aparte de recoger este tipo de información, no comunica acciones contundentes contra el gravísimo flagelo.

En el comunicado, la secretaria de Educación de la capital da cuenta de un programa denominado «Respuesta Integral de Orientación Escolar (RIO)» y afirma que «es una estrategia para la convivencia y seguridad en los colegios, que tiene el propósito de fortalecer las escuelas como espacios protectores y seguros y de contribuir al desarrollo de relaciones armónicas entre los miembros de la comunidad educativa.

Añade que la estrategia RIO se enmarca en tres niveles de intervención: formación, prevención y protección, el cual está conformado por uno de los sistemas de información sobre convivencia y seguridad escolar más robustos del país, en el cual se incluyen el Sistema de Alertas de Situaciones Críticas, la Encuesta de Clima Escolar y Victimización y los Diagnósticos de Seguridad y Convivencia en Entornos Escolares.

En su conjunto, el sistema unificado de información permite identificar y georeferenciar con precisión el tipo de violencias que afectan a las comunidades, las instituciones educativas más afectadas, las situaciones más recurrentes, la ubicación y, en muchos casos, los actores responsables. En este sentido, el sistema de información es una herramienta para la gestión y microgestión de las situaciones que alteran la convivencia escolar y un apoyo para la toma de decisiones en torno a las políticas públicas en esta materia.

Y luego destaca que mediante el sistema único de información, la Secretaría de Educación ha podido identificar los principales riesgos de carácter social y situacional que afectan a los colegios distritales de Bogotá.

Al efecto, detalla las «ollas» y puntos fijos de expendio, venta, tránsito y consumo de estupefacientes. Y solo establece que «estos datos evidencian cómo las dinámicas de los entornos escolares penetran negativamente las instituciones educativas».

«Es decir –subraya–, la escuela antes que ser generadora de violencia, es un lugar donde se reflejan las situaciones de violencia que emergen desde los entornos escolares».

Luego afirma que “la escuela es un espacio protector, el problema fundamental está en los demás elementos del entorno y casos como este lo reflejan» y concluye que «las causas entones no están solo en los salones de clase, están en toda la sociedad, en las familias, en el barrio» y que «la escuela es parte del problema pero sobre todo es parte de la solución y lo está asumiendo”.

Independientemente, el secretario de Educación, Óscar Sánchez indicó: “Tenemos situaciones reportadas al sistema de información de la secretaría que generaron remisiones a distintos programas de atención, por consumo indebido de sustancias legales o sustancias ilegales en 4 mil 199 casos este año“.

“Algunos chicos de ese colegio, pero algunos cuántos, no me atrevo a afirmarlo que estaban posiblemente relacionados con pandillas y con redes del entorno que traían algunos elementos consigo lo mezclaron con otros elementos que encontraron en el colegio y se lo repartieron a otros chicos que por presión de grupo o de curiosidad o la razón que fuera terminaron inhalando una sustancia que tuvo un efecto. Esa situación está relacionada con el entorno y con un sistema más complejo de cosas que sencillamente el descuido de un profesor“, agregó.

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