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Gobierno reafirma apoyo a plebiscito para refrendar acuerdo de paz, pero plantea reforma al umbral electoral

elecciones-colombia–Además de expresar que está seguro de que el Congreso no aprobará un «plebiscito light», Humberto de la Calle Lombana, jefe del equipo negociador del gobierno en las conversaciones con las Farc en La Habana, reiteró su apoyo al proyecto de este mecanismo propuesto por el Partido de la U para refrendar los eventuales acuerdos, pero planteó que es necesario reformar el umbral electoral, porque considera imposible llegar a los 17 millones de votos que exige la legislación actual.

Sin embargo, en la declaración que emitió en la capital cubana, De la Calle Lombana no hace ninguna referencia al rechazo de las Farc al plebiscito y a su reiterada exigencia de una Constituyente y solo tangencialmente afirma que el gobierno continuará buscando con el grupo guerrillero «un acuerdo sobre el mecanismo de refrendación».

El representante del gobierno, sin citarlo expresamente, descarta –como ya lo había hecho el presidente Juan Manuel Santos–, el mecanismo del referendo, pues afirma que «es imposible exigirle a la ciudadanía que responda un largo cuestionario de decenas de preguntas».

Además afirma que, como se trata de refrendar un Acuerdo con las FARC, no es lógico que terminen siendo negadas algunas preguntas que pueden ser esenciales para la vigencia del Acuerdo como un todo».

Los términos de la declaración del Jefe de la Delegación del Gobierno Nacional Humberto de la Calle, son los siguientes:

«Quiero reiterar el compromiso del gobierno, en cumplimiento del Acuerdo General de La Habana, con la puesta en marcha de un mecanismo refrendación.

Este compromiso sigue firme.

Ha surgido en el Congreso la idea de crear un nuevo mecanismo denominado Plebiscito para la Paz.

Esta idea tiene ventajas.

Por un lado, dada la complejidad de lo que se está acordando, es imposible exigirle a la ciudadanía que responda un largo cuestionario de decenas de preguntas.

Además, como se trata de refrendar un Acuerdo con las FARC, no es lógico que terminen siendo negadas algunas preguntas que pueden ser esenciales para la vigencia del Acuerdo como un todo.

El Plebiscito, como existe en la actualidad, exige un umbral desmesurado, contrario a la tradición colombiana en materia de participación electoral. No es realista exigir una mayoría de todo el censo electoral. Es decir, en la historia de Colombia no ha sido posible llegar casi a los diez y siete millones de votos que se requeriría según la legislación actual.

Por eso, es un acto de realismo ajustar el umbral necesario para la validez de la decisión. Pero confiamos en que la medida se haga salvaguardando la legitimidad de la decisión. Esperamos que el congreso en su buen juicio tenga en cuenta que un umbral adecuado no puede ser demasiado blando. Hay que mantener exigencias razonables que sean prácticas pero que a la vez mantengan la necesaria legitimidad de la decisión ciudadana. Estoy seguro de que el Congreso no aprobará un plebiscito light.

Ahora bien, el Congreso quiere hacer un aporte de buena fe para preparar a tiempo los instrumentos que van a ser necesarios. Lo hace porque la cronología es apretada de cara a la fecha del 23 de marzo cuando terminarán las conversaciones. Esto no obsta para que continuemos buscando con las FARC un acuerdo sobre el mecanismo de refrendación.

La refrendación tiene varias virtudes. No solo es un compromiso con la democracia, sino que al brindar una gran legitimidad a las decisiones, produce un marco de seguridad jurídica que es absolutamente indispensable.

No es conveniente que una vez terminado el proceso de paz, puedan reabrirse los juicios contra los responsables. En ninguna e irrevocable». Fin del comunicado.

EL PLEBISCITO

El pasado 11 de octubre, el Partido de La U radicó un proyecto de ley estatutaria para convocar un «plebiscito por la paz», como mecanismo para refrendar los acuerdos que se logren en La Habana entre el Gobierno y las FARC.

El plebiscito se realizaría en tres días habiles y un fin de semana de marzo de 2016, pensando en que la negociación finalice entre diciembre de 2015 y principios del próximo año.

En el mismo se prevé que se formulará una única pregunta en donde solo los ciudadanos dirían sí o no a la paz, o votar en blanco.

Sin embargo, exactamente un mes después, por sugerencia de los negociadores de paz, el autor de la iniciativa, el senador Roy Barreras anunció la congelación del trámite, mientras se buscaba un acuerdo con los cabecillas del grupo guerrillero en La habana.

La propuesta contiene dos artículos. El primero determina que el Presidente de la República, con la firma de todos los ministros, podría someter a consideración de los ciudadanos políticas, disposiciones y temas necesarios para la implementación de un acuerdo final para la terminación del conflicto armado.

El segundo artículo establece las reglas del procedimiento de convocatoria y votación, entre ellas, las siguientes:

­El Congreso podría pronunciarse en un término máximo de 15 días. Un pronunciamiento negativo requeriría mayoría absoluta de los miembros de la respectiva Cámara.

Si dentro de los 15 días siguientes a la fecha en la que el primer mandatario informa su decisión de realizar el plebiscito por la paz, ninguna de las dos cámaras lo aprueba, el presidente podría convocarlo.

­Todos los ciudadanos que conforman el censo electoral podrían participar del plebiscito por la paz.

­La Registraduría habilitaría puestos de votación cercanos a universidades y lugares de amplia afluencia laboral.

­La votación se realizaría durante tres días hábiles y un fin de semana. ­Los asuntos sometidos a consideración de los ciudadanos se votarían en forma conjunta.

Entonces, Roy Barreras, explicó que «este plebiscito tendrá un carácter vinculante e interpretativo, lo que será garantía absoluta de que los acuerdos de paz tengan la solidez y la irreversibilidad necesarias para garantizar a las víctimas y a todos los colombianos su derecho a la no repetición del conflicto colombiano».