De acuerdo con José Gregorio Hernández, expresidente de la Corte Constitucional, el decreto conocido la semana no cumple con los parámetros establecidos por el alto tribunal para fijar el salario mínimo para el 2016.

“Para la fijación del salario mínimo es indispensable que se tengan en cuenta factores como la productividad, el Producto Interno Bruto, la inflación esperada, la inflación causada”, afirmó Hernández.

Para Hernández, un siete por ciento de aumento significa que ante el alto costo de vida, el nuevo sueldo sería inferior al del año pasado. Por lo que, por medio de otro decreto, el Gobierno podría aumentar más el salario.

“Si a eso le agregamos que el IVA lo van a aumentar en tres puntos, pasando del 16 por ciento al 19 por ciento, tenemos que este aumento salarial es verdaderamente paupérrimo y yo diría que miserable para los trabajadores”, indicó el expresidente de la Corte Constitucional.

Según Hernández, el decreto podría caerse ante un estudio del Consejo de Estado pero sería más prudente que el Gobierno corrija lo que considera un error.

“Lo irrisorio es aquello que mueve a risa o provoca burla, y este ha sido un aumento irrisorio verdaderamente”, puntualizó Hernández.