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Papa Francisco beatificará a Monseñor Jaramillo y al padre Ramírez, víctimas de la violencia en Colombia

Padre Ramirez y Monseñor Jaramillo
–El Papa Francisco durante la celebración de la eucaristía en Villavicencio beatificará a dos prelados de la iglesia Católica colombiana que fueron víctimas de la guerra. Son ellos, Monseñor Jesús Emilio Monsalve y el sacerdote Pedro María Ramírez Ramos, cuyas muertes ocurrieron con más de 40 años de diferencia, pero que hacen parte de la violencia que ha marcado un muy largo trecho del acontecer de Colombia, donde hay 8 millones y medio de víctimas registradas históricamente.

En julio último el Vaticano informó sobre la aprobación de Francisco al decreto que reconoce el “martirio”, al morir por “odio a la fe”, de monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, nacido en Santo Domingo, Antioquia, y del sacerdote Pedro María Ramírez Ramos, nacido en La Plata, Huila.

Esa aprobación significa, además, la declaración oficial del Papa de la ejemplaridad cristiana de la vida de una persona con la que se autoriza su culto en la Iglesia católica en determinados lugares y actos.

A Pedro María Ramírez, párroco de la iglesia San Lorenzo en Armero, lo sorprendió en esa población tolimense la violenta reacción popular tras el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948 en Bogotá.

A Ramírez Ramos, oriundo de La Plata, sus victimarios le quitaron la vida a machetazos el 10 de abril por negarse a abandonar ese municipio.

Ese crimen se sumó a los miles de hechos cruentos perpetrados durante las siguientes décadas.

En Arauca

Más de 40 años después, el 2 de octubre de 1989, el infatigable brazo de la violencia alcanzó en la carretera Fortul-Tame, Arauca a monseñor Jaramillo Monsalve, quien viajaba en un campero con otros religiosos cuando fueron interceptados por integrantes del Eln.

Tras identificar a los ocupantes del vehículo los insurgentes retuvieron a Jaramillo con quien querían conversar y enviar un mensaje al gobierno.

Al día siguiente el cuerpo de monseñor Jaramillo fue encontrado con múltiples heridas de proyectiles de fusil cerca al sitio donde fue interceptado.

Los crímenes de Ramírez y Jaramillo fueron perpetrados por móviles diferentes y en muy distintas épocas de la violencia; sin embargo, esos homicidios separados en el tiempo y por el espacio desembocan en el caudal de violencia que por tantos años ha recorrido el territorio colombiano.

Signo de esperanza

En la mañana del jueves el Presidente le manifestó en la bienvenida al Sumo Pontífice en la Casa de Nariño que “en Villavicencio no solo se encontrará con las víctimas de ese conflicto infame que hemos terminado, sino que beatificará a dos sacerdotes colombianos que fueron víctimas ellos mismos de la violencia”.

Y concluyó: “Su martirio se vuelve ahora signo de esperanza”.