Noticia Extraordinaria

Papa Francisco: Ver sufrir a los niños hace mal al alma; no podemos aceptar que se les maltrate

–“Ver sufrir a los niños hace mal al alma porque los niños son los predilectos de Jesús», aseguró el Papa Francisco en el Hogar San José de Medellín, un centro de protección de huérfanos y víctimas de la guerra en Colombia. «No podemos aceptar que se les maltrate, que se les impida el derecho a vivir su niñez con serenidad y alegría, que se les niegue un futuro de esperanza”, complementó el Pontífice.

El Papa se mostró conmovido por el testimonio de Claudia Yesenia, niña víctima de la violencia, quien le dijo que a sus 2 años de edad perdió a su familia «en una masacre provocada por la guerrilla, en San Carlos, Antioquia. Solo sobrevivimos 10 niños y mi tía. Desde ese momento nuestras vidas cambiaron, yo también me vi afectada, recibí un disparo en el abdomen y una bala rozó mi cabeza y me dejó esquirlas, por lo que estuve mucho tiempo hospitalizada”.

Claudia Yesenia

“Hoy tengo 13 años y con alegría puedo contar que soy una niña feliz, porque la cercanía de la directora y de las formadoras que nos acompañan en los Hogares sanó mis dolores y tristezas con el amor recibido y brindó la oportunidad de una vida nueva para mí y mis hermanos. Tenemos todo lo que necesitamos para ser felices: la fe, calor de hogar, buena formación, salud, alimento y estudio”, agregó la niña.

Francisco le respondió:

También el Niño Jesús fue víctima del odio y de la persecución; también Él tuvo que huir con su familia, dejar su tierra y su casa, para escapar de la muerte. Ver sufrir a los niños hace mal al alma porque los niños son los predilectos de Jesús. No podemos aceptar que se les maltrate, que se les impida el derecho a vivir su niñez con serenidad y alegría, que se les niegue un futuro de esperanza.

También el Niño Jesús fue víctima del odio y de la persecución; también Él tuvo que huir con su familia, dejar su tierra y su casa, para escapar de la muerte. Ver sufrir a los niños hace mal al alma porque los niños son los predilectos de Jesús. No podemos aceptar que se les maltrate, que se les impida el derecho a vivir su niñez con serenidad y alegría, que se les niegue un futuro de esperanza.

Y luego se dirigió a los hermanos y hermanas, religiosos y laicos que en este y en los demás hogares reciben y cuidan con amor a estos niños que desde chicos han experimentado el sufrimiento y el dolor.

Quisiera–dijo– recordarles dos realidades que no deben faltar porque son parte de la identidad cristiana: el amor que sabe ver a Jesús presente en los más pequeños y débiles, y el deber sagrado de llevar a los niños a Jesús. En esta tarea, con sus gozos y con sus penas, los encomiendo también a la protección de san José. Aprendan de él, que su ejemplo los inspire y los ayude en el cuidado amoroso de estos pequeños, que son el futuro de la sociedad colombiana, del mundo y de la Iglesia, para que como el mismo Jesús, puedan crecer y robustecerse en sabiduría y en gracia, delante de Dios y de los demás (cf. Lc 2,52). Que Jesús y María, junto con san José, los acompañen y protejan, los llenen de su ternura, su alegría y su fortaleza.


Finalmente el Papa expresó:

Me comprometo a rezar por ustedes, para que en este ambiente de amor familiar crezcan en amor, paz y felicidad, y así puedan ir sanando las heridas del cuerpo y del corazón. Dios no los abandona, los protege y asiste. Y el Papa los lleva en el corazón; no dejen de rezar por mí.

Su visita al Hogar San José de Medellín la hizo el Santo Padre luego de descansar en Seminario tras la misa que ofició en el aeropuerto Olaya Herrera ante más de un millón de fieles.

De aquí salió en un largo recorrido por las calles de la capital antioqueña abarrotadas de gentes hasta llegar al Centro de Espectáculos de La Macarena.