El Presidente Juan Manuel Santos entregó este lunes las obras de restauración de uno de los templos más antiguos de la ciudad y el país: la Iglesia de San Ignacio en Bogotá, considerada desde 1975 como bien de interés cultural de la Nación.

Este recinto alberga pinturas de Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos, Feliciana Vásquez Bernal y Epifanio Garay, así como retablos, esculturas y tallas de Pedro Laboria y Diego Loessing, y murales como el de la capilla de San José, pintado por el padre Santiago Páramo.

La inversión en las obras de restauración de esta iglesia, que tiene la primera cúpula que existió en Bogotá, fue de 11 mil millones de pesos, de los cuales el Gobierno Nacional aportó 4.650 millones de pesos.

El Mandatario explicó que la restauración consistió en refuerzos estructurales y de sismo-resistencia, restauración de bóvedas, fachada, murales y vitrales, recuperación de pisos y escaleras y exploraciones arqueológicas.

Así mismo, el Jefe de Estado destacó el esfuerzo de entidades como el Ministerio de Cultura, el Instituto ‘Carlos Arbeláez Camacho’ de la Universidad Javeriana, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, el World Monuments Fund y la Fundación Funcores, así como el aporte del arquitecto Ernesto Moure y la antropóloga y arqueóloga Elena Uprimny. También del padre Gabriel Izquierdo (q.e.p.d).

El Presidente recordó algunas de las inversiones que ha hecho el Gobierno Nacional en lugares como el Teatro Colón, el Museo Colonial, la Basílica y el Claustro de Nuestra Señora de Monguí, el mejoramiento de los centros históricos de Pamplona, Buga y Mompox, las capillas doctrineras en Belalcázar y Páez, en el departamento del Cauca, la Quinta Teresa en Cúcuta y la Casa Zea en Medellín.

“En este Gobierno hemos hecho un gran esfuerzo para cuidar y proteger nuestro patrimonio histórico. Hemos invertido un presupuesto importante: más de 228 mil millones de pesos en la intervención y rehabilitación de bienes de interés cultural”, aseguró.

Finalmente, el Presidente dijo que “esto es algo en lo que estamos nosotros empeñados, porque un país que aprecia su herencia cultural es un país que conoce mejor su historia y, sobre todo, que puede disfrutar de su patrimonio, y nosotros tenemos una historia muy interesante y un patrimonio también muy importante”.