Nacional

Revelan que el 65% de estaciones de monitoreo en el país cumplen con normativa de MinAmbiente

En el 2016 aumentó el número de Sistemas de Vigilancia de la Calidad del Aire y la tecnología de medición automática se incrementó en los sistemas de monitoreo, pasando de 53 a 63 estaciones con medición en tiempo real.

Con estándares más estrictos en la medición de la calidad del aire, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible presentó la nueva norma de Calidad del Aire, que plantea las acciones que se deben tomar desde el Gobierno Nacional para alcanzar niveles adecuados que permitan proteger la salud de los colombianos.

Según el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Luis Gilberto Murillo, “esta nueva norma es de la mayor importancia para el país, porque estamos endureciendo los estándares de calidad del aire en todo el territorio nacional para salvar vidas y disminuir el costo de la contaminación atmosférica en la salud, sobre todo de niños, adolescentes, mujeres y personas de la tercera edad. Es una medida que se debe cumplir y estamos muy esperanzados que ella podamos tener un mejor nivel de calidad del aire en cada ciudad del país”.

Así mismo resaltó la importancia de repensar las prioridades de la planeación urbana, las cuales deben ir enfocadas en procesos productivos amigables con el ambiente, como son la implementación de energías renovables, renovación del parque automotor y la conversión de industria, entre otras acciones, para disminuir la contaminación del aire, además cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y contribuir a la reducción de las emisiones de Gases Efecto Invernadero para el cumplimiento del Acuerdo de Paris.

Adicionalmente el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) presentó el cuarto Informe del Estado de la Calidad del Aire en Colombia, en el cual se presenta y analiza el comportamiento, efectos y la distribución espacial y temporal de los contaminantes atmosféricos evaluados a nivel nacional durante el año 2016, así como el mejoramiento de la calidad de aire que se ha presentado en algunas regiones del país.

El contaminante más monitoreado continúa siendo el material particulado menor a diez micras PM10 identificado en 139 estaciones de monitoreo, seguido del material particulado menor a 2.5 micras PM2.5 en 47 estaciones. Con respecto a los gases, el ozono ocupa el primer lugar con 44 estaciones, seguido del dióxido de nitrógeno con 37 estaciones y el dióxido de azufre con 31.

Las mayores concentraciones de PM10 se presentaron en las estaciones Colegio- Ráquira, Acopi- Yumbo, Carvajal – Sevillana y Museo de Antioquia en Medellín. Para PM 2.5 las mayores concentraciones se presentaron en las estaciones Tráfico Sur, Museo de Antioquia, Corporación Lasallista y Universidad Nacional Núcleo El Volador en la Jurisdicción del AMVA y la estación Kennedy de la SDA.

A diciembre de 2016 el país contaba con 159 estaciones de monitoreo, pertenecientes a 23 Sistemas de Vigilancia de la Calidad del Aire, que cubren 72 municipios de 19 departamentos del territorio nacional. Sin embargo, el gran reto es diseñar e implementar los Sistemas de Vigilancia para 11 municipios cuya población supera los 150.000 habitantes y que deberían contar con monitoreo permanente.

Las principales fuentes de emisión de estos contaminantes son las fuentes móviles (sector transporte) y las fuentes fijas (industria). Según los inventarios de emisiones de las principales ciudades del país, más del 80% de las partículas finas PM2.5 provienen del transporte. La evidencia científica es amplia sobre los efectos adversos que estas partículas finas causan sobre la salud, afectando el sistema respiratorio y cardiovascular.

Para el Departamento Nacional de Planeación (DNP) los costos asociados a la contaminación del aire urbano se estiman en $15,4 billones de pesos (1,93% del PIB de 2015) asociados a 10.527 muertes y 67,8 millones de síntomas y enfermedades. Es importante señalar que existen algunas regiones del país que requieren de especial atención, debido a que presentan tendencias preocupantes en cuanto a las concentraciones de contaminantes, según el IDEAM.