Opinión

El tiro les salió por la culata…

Por Mauricio Botero Caicedo
En un principio el autor de esta nota aceptó, sin pestañear, las razones que el Comisionado de Paz del gobierno con el ELN en Quito estaba dando para su renuncia. El Dr. Juan Camilo Restrepo, según afirmaban los medios afectos al gobierno, aducía tener importantes compromisos en el exterior, compromisos ineludibles que no le permitían dedicarle más tiempo a presidir dicha Comisión.

Pero la verdad, en palabras del mismo Dr. Restrepo, es algo diferente. Parece ser que el gobierno mantenía en Quito una Comisión Paralela compuesta por personajes tan sumamente oscuros y cuestionados como el ex presidente Ernesto Samper y el senador comunista Iván Cepeda. A esta Comisión paralela la acompañaba nada menos que el abogado de las Farc, Álvaro Leyva.

¿Tener dos Comisiones negociando con un grupo terrorista es un engaño o una táctica negociadora? Para los ciudadanos del común y los contribuyentes claramente se trata de un engaño. Lo que el gobierno pretendía en Quito es mantener una fachada para hacer creer que existía firmeza y claridad en lo que acordaba por encima de la mesa; pero de forma paralela (o sea debajo de la mesa), tenía una comisión paralela compuesta por abiertos simpatizantes del ELN, integrantes que aceptaban en secreto cuanto se les llegara a negar a los terroristas por encima de la mesa y/o a ocurrir a los terroristas.

Tener dos Comisiones no es una táctica negociadora: es la forma de engañar a los colombianos. Este es y ha sido el talante de la actual administración que hace plebiscitos para incumplirlos. Lo que el gobierno no contaba es que el negociador, Juan Camilo Restrepo, fuera un hombre serio y correcto que no se iba a prestar a las turbias maniobras del gobierno por debajo de la mesa. El tiro les salió por la culata…