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Primer grupo de Semillas de Apego en Tumaco: brotes de protección a la primera infancia

Foto: Programa Semillas de Apego

El 28 de julio de 2018, 54 mujeres de Tumaco, madres de niñas y niños entre los cero y cinco años, celebraron su participación en el programa Semillas de Apego. El evento de cierre de esta primera cohorte del programa en este municipio tuvo lugar en el Centro de Desarrollo Infantil Luna Plateada en Tumaco.

Allí las madres participantes pudieron compartir sus experiencias y presentar algunos de los trabajos realizados durante las 15 semanas de formación que tuvo el programa con sus compañeras, el equipo de Semillas de Apego y representantes de La Universidad de Los Andes y Genesis Foundation. El evento fue liderado por el equipo local del programa, seis madres Tumaqueñas que desarrollan los talleres con la guía del equipo de psicólogas que desarrollaron el currículo.

Una de las participantes aseguró que, gracias a este programa, ahora tiene diferentes herramientas para entablar una mejor relación con sus hijos y que además ha logrado entender cómo su historia y el contexto afectan a sus hijos, a sí misma y su relación. Semillas de Apego es un programa de atención psicosocial grupal que busca promover el desarrollo infantil temprano a través del fortalecimiento del vínculo afectivo entre cuidadores y niños que viven en lugares donde el conflicto armado ha dejado graves consecuencias. Tumaco es uno de los municipios más afectados por situaciones de violencia relacionadas con el conflicto en Colombia.

“Para Coca-Cola FEMSA, este proyecto es una reafirmación de nuestro compromiso por aportar a la paz y reconciliación de Colombia. En los últimos 9 años lo hemos hecho con personas en proceso de reintegración y esta vez hemos querido ampliar el alcance a población víctima y, sobre todo, como una apuesta por el futuro del país que está en nuestra niñez”, afirmó Silvia Barrero, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Coca-Cola FEMSA.

La salud emocional del cuidador principal juega un papel fundamental en el desarrollo social, emocional y cognitivo de los niños. Por eso, para las organizaciones aliadas, es de vital importancia trabajar no sólo con los niños, sino también con sus familias y comunidades. Algunas de las participantes en esta primera cohorte del programa expresaron su agradecimiento con las organizaciones y el programa y compartieron sus experiencias personales:

Las participantes del evento pudieron compartir sus experiencias con sus compañeras, el equipo del programa y representantes de las organizaciones aliadas. “Con Semillas de Apego estoy logrando una transformación en mí. No es un proceso fácil, pues cuesta mucho desaprender cosas que siempre vimos como normales. Pero ya tenemos la conciencia de que debemos dejar atrás esas cosas para lograr que nuestros hijos tengan un buen futuro, una buena autoestima, confianza y seguridad en sí mismos y puedan ser mejores personas gracias a lo que nosotras sembramos hoy en ellos y que pudimos conocer gracias a Semillas de Apego”.

Por su parte, Eva Fernández Garza, gerente de Inversión Social en Primera Infancia de Fundación FEMSA considera que: “La evidencia dice que los niños necesitan tener interacciones cálidas con sus padres y cuidadores para desarrollarse de manera óptima. Nos entusiasma apoyar Semillas de Apego ya que es un proyecto que permite prevenir la violencia desde su origen. Solamente de esta manera podemos dar a los niños la oportunidad de alcanzar su máximo potencial sentando las bases de un mejor futuro para ellos y sus comunidades”.

Este programa de atención psicosocial es impulsado por la Universidad de los Andes, Genesis Foundation y la Fundación Éxito con el apoyo de la Fundación FEMSA, The Coca-Cola Company y el vehículo de impacto colectivo Primero lo Primero. En conjunto a la implementación y el escalamiento del programa en Tumaco se desarrolla una evaluación de impacto de corto, mediano y largo plazo, a cargo de la Universidad de los Andes. Esta evaluación pretende recoger evidencia de la efectividad del programa sobre la salud mental de la madre e hijo, la calidad de su vínculo emocional, las prácticas de crianza y el desarrollo cognitivo y socioemocional del niño.