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Colombia está aportando conocimiento científico a la salud pública mundial

Imagen de archivo

El INS presentó los resultados de un seguimiento de la afectación del zika en madres gestantes y niños que estuvieron expuestos a ese virus en la epidemia que sufrió el país entre 2015 y 2016.

Colombia presentó este jueves las conclusiones de investigaciones científicas realizadas por el Instituto Nacional de Salud (INS), con las que hace un valioso aporte a la salud pública mundial.

Se trata de los resultados de la Vigilancia Intensificada de Embarazadas con Zika (VEZ), realizada durante más de tres años por el INS, con el apoyo de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, de Estados Unidos.

En la presentación de los resultados, realizado en el evento ‘Zika en Colombia: retos de la posepidemia’, Juan Pablo Uribe Restrepo, ministro de Salud y Protección Social, dijo que la investigación del INS es un esfuerzo inmenso del país, que tomó las experiencias y aprendizajes que dejó la epidemia de esa enfermedad entre 2015 y 2016, y los convirtió en un conocimiento estructurado que está compartiendo con el mundo como un bien público.

«Se desarrolló un conocimiento partiendo de una afectación individual y poblacional, y se volvió un instrumento de desarrollo futuro global; así es que avanza la salud pública en el mundo –dijo el ministro Uribe–. Colombia ha sido receptor del esfuerzo de otros para nutrirse de experiencias, aprender y anticiparse o corregir retos en salud pública, y con esta investigación está ocurriendo lo contrario: nuestro país le está entregando al mundo un conocimiento que hacía falta».

En Colombia, la epidemia de zika dejó cerca de 100 mil infectados, de las que 18.177 fueron mujeres gestantes y quienes tuvieron 16.597 niños que nacieron vivos. Por la magnitud de la epidemia y las implicaciones de la infección en el embarazo y en el desarrollo del feto, el INS emprendió investigaciones para hacer seguimiento a las embarazadas y a sus hijos, para lo que desarrolló un protocolo con el fin de determinar los casos de microcefalia y otros defectos congénitos del Sistema Nervioso Central.

Este confirmó que de los niños nacidos con antecedente zika durante y después de la epidemia, 356 cumplieron con la definición de Síndrome Congénito de Zika, como consecuencia de la infección prenatal.

Las investigaciones, efectuadas en Cali, Barranquilla, Cúcuta y Neiva, hicieron un seguimiento a lactantes expuestos al virus con y sin Síndrome Congénito por Zika (SCZ), estableciendo que este también generó afectaciones a los menores sin esa sintomatología.

Igualmente, el INS realizó evaluaciones interdisciplinarias a 192 lactantes con y sin SCZ en esas ciudades, y determinó que del total de niños sin el síndrome, 39 por ciento presentó alteraciones en el desarrollo de la audición y el lenguaje; 4,6%, hemiparesia; 2,7%, hipoacusia neurosensorial, y 2,1% convulsión febril compleja.

Estos hallazgos responden a uno de los interrogantes planteados en las investigaciones: ¿cuáles son los efectos que genera el zika en los niños expuestos al virus que no desarrollaron el síndrome? Ante la evidencia, los científicos concluyeron que todos los menores con antecedente de infección prenatal, con o sin defecto congénito, deben ser considerados de alto riesgo neurológico y deben tener un seguimiento riguroso durante la primera infancia.

«Todo el reconocimiento al INS, a los funcionarios del Ministerio de Salud, a las Secretarías Departamentales por su esfuerzo. Así Colombia, a través de sus instituciones, le aporta conocimiento científico a la salud pública mundial», apuntó el ministro Juan Pablo Uribe.

Agregó que el trabajo desplegado con la epidemia de zika ha servido para intensificar y fortalecer las capacidades del país en salud pública. «Esta enfermedad nos ha mostrado la importancia de la vigilancia epidemiológica, del trabajo conjunto a nivel nacional y departamental y de las mismas instituciones hospitalarias, para robustecer nuestras capacidades, como lo hemos venido haciendo y se debe continuar», manifestó el ministro Uribe. «Mucho de lo aprendido con el zika lo tenemos que hacer con enfermedades que son transmitidas por el mismo vector como el dengue –del cual enfrentamos este año un pico–, para reducir la carga de casos que produce».