Judicial

Comisión del Congreso de EE.UU considera un fracaso la lucha contra las drogas en Colombia

–Si bien el Plan Colombia fue un éxito desde el punto de vista con contrainsurgencia, ha sido un fracaso en lo antinarcóticos, asegura un informe elaborado por una comisión bipartidista de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos.

El documento destaca que EE. UU. ha gastado 11 mil 600 millones de dólares en dos décadas tratando de eliminar el tráfico y la producción de droga en Colombia, pese a lo cual el país sigue siendo el principal productor de coca en el mundo en niveles muy similares a los que existían en el año 2000.

Además reseña que la violencia sigue afectando a los más vulnerables y pone de presente que en este 2020 se han registrado más masacres que durante cualquier otro año desde la firma del acuerdo de paz.

«Colombia no puede asegurar la paz y controlar el narcotráfico sin que enfrente de manera simultánea la ausencia de seguridad y desarrollo en vastas zonas del país», advierte el informe.

El documento hace serios reparos al proceso de erradicación de cultivos que ha venido adelantando el gobierno colombiano y precisa que «enviar erradicadores y fuerzas de seguridad a lugares remotos para eliminar pequeños cultivos de coca es un esfuerzo inútil e infructuoso».

Al efecto indica que la erradicación, ya sea manual o aérea, se debe enfocar en los grandes cultivos o productores a gran escala, tras acuerdos con los lideres locales para evitar que regresen a las áreas en las cuales hay proyectos de desarrollo.
Igualmente considera que la confiscación de precursores químicos es más rentable y menos dañino que erradicar coca.
No obstante, reconoce que Colombia ha hecho un gran progreso frente a este objetivo.

Plantea que se debe crear una «estrategia compacta» que integre interdicción, seguridad y programas de desarrollo alternativo con un enfoque integral que atienda las necesidades específicas de las comunidades afectadas por organizaciones criminales.
Además considera que la lucha debe enfocarse en la destrucción de laboratorios y dar más recursos para la interdicción de combustible y precursores químicos que se usan en la producción, así como a construir vías terciarias para conectar estas zonas remotas y acelerar los esfuerzos en la titulación de tierras que permiten a los campesinos acceder a créditos y otros beneficios.
Señala que se deben promover empresas agrícolas y ayudar a que los productos tengan acceso al mercado internacional y preferencias arancelarias en EE. UU.