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Las rutas de la muerte en búsqueda del «sueño americano» rompieron récord de migrantes fallecidos en 2022; México y Colombia, dos pasos cruciales

-El millonario negocio detrás del tráfico de migrantes hacia EE. UU.

–La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos estima 853 muertes en el año fiscal 2022. Un número al que no se había llegado en los últimos 20 años y que abarca muertes en el Río Grande, San Diego, El Paso y otros lugares.

Pero ¿qué hay de los migrantes que mueren en el desierto de México? ¿O que como Lázaro caen de ‘La Bestia’ antes de siquiera llegar a la frontera estadounidense?

Según registros del Departamento de Seguridad de EE. UU, el país cerró el 2022 con números históricos de migración irregular. Las patrullas fronterizas reportaron un promedio diario de 6.300 encuentros con migrantes indocumentados en el año fiscal 2022 (hasta septiembre). UNODC estima, sin embargo, que las entradas irregulares anuales a EE. UU. alcanzan los 3 millones: más de 8.200 personas cada día.

Las muertes de migrantes en el cruce de fronteras también alcanzaron sus máximos, con 830 solo del lado estadounidense. En las estadísticas del proyecto «Missing Migrants», de la Organización International para las Migraciones (OIM), las muertes y desapariciones el año pasado fueron 521 en la frontera entre EE. UU. y México y 195 en la ruta de Cuba a EE. UU.

El informe indica que la violencia en ruta es la segunda causa más común de muerte en el cruce por México, y representa más del 10 por ciento de las muertes y desapariciones totales de migrantes registradas desde 2014 en las Américas.

Pero, en opinión de David Saucedo, el impacto del tráfico de migrantes y la violencia que sufren es difícilmente medible si se considera que no tienen la confianza para denunciar porque ellos mismos están cometiendo un delito y se exponen a ser deportados. Y a esto se suma la corrupción de las instituciones del Estado: «Muchos miembros del Instituto Nacional de Migración están con las redes de tráfico, entonces una denuncia ante ellos es una sentencia de muerte».

Pero obtener una cifra definitiva sigue siendo “extremadamente difícil”, asegura.

La principal causa de muerte de migrantes es a bordo del tren ‘La Bestia’. Los migrantes viajan por días sobre el techo del tren. No duermen por el temor a caerse o a ser asesinados.

Leonardo recuerda que cuando vio a José caer del tren sintió que el rostro se le puso caliente. Fue en segundos. Iban montados sobre uno de los vagones de ‘La Bestia’”, un tren de carga que atraviesa México esporádicamente y en el que cientos de migrantes ven una vía rápida para acercarse a la frontera estadounidense.

El viaje lo emprendieron tres. Los hermanos Leonardo y Alonso Patriz de 25 y 35 años. Y Lázaro Antonio Zalama, de 34.

A Lázaro lo dieron por muerto el 21 de febrero de 2021 cuando puso su pie sobre uno de los vagones del también llamado ‘Tren de la muerte’. Y como si la máquina supiera que el joven quería pasar de un vagón a otro, se sacudió en un segundo mandándolo a los rieles.

“Fue un domingo. A eso de las 2 de la tarde. Recién abordábamos el tren en la estación Benjamín Hill en el estado de Sonora, México. Ya solo estábamos a un tren de la frontera”, relata Leonardo, desde Estados Unidos, a la Voz de América.

No se conoce un número oficial de muertes de migrantes en la ruta hacia el llamado ‘sueño americano’.

Lázaro hizo su último viaje sobre ‘La Bestia’. Tenía solo un mes y medio de haber salido de El Salvador donde quedaron sus dos hijos, uno de ellos con epilepsia.

Quería llegar a Nueva York, trabajar en el área de la construcción, donde, Leonardo recuerda, le dijo que pagaban bien. “Un par de años de trabajo”, pensó… Y las cicatrices que la pobreza le dejó podrían irse borrando. Pero la ruta gratuita terminó por dejarlo sin vida.

“Tomamos la decisión de abordar ‘La Bestia’ porque no teníamos dinero para pagar el viaje hasta la frontera de forma segura. La verdad nos arriesgamos… y lo sabíamos”, agregó Leonardo.

Además de la economía, para el director ejecutivo de Alianza Américas, Óscar Chacón, siempre ha habido una relación entre las políticas de control fronterizo y la muerte de personas que buscan llegar a Estados Unidos.

“Las personas buscan rutas menos vigiladas, rutas extremadamente inhóspitas, como es el caso del desierto de Sonora, del que nunca vamos a saber realmente el número de personas que han muerto ahí”, dijo Chacón a la VOA.

La caminata a lo largo de dicho desierto o el viaje en ‘La Bestia’ hacia Tamaulipas y Texas o hacia Sonora y Baja California han sido algunas opciones de los migrantes antes de llegar a la frontera de 3.145 kilómetros, donde deben desafiar otros peligros como pasar el muro fronterizo.

“La causa principal de muerte registrada en las rutas migratorias desde Centroamérica son los accidentes ocurridos mayormente en trenes de carga, que son usados como medio de transporte por los migrantes. La violencia en ruta – que va desde los homicidios a los abusos físicos y la violencia sexual – es la segunda causa más común de muerte en la zona”, señala la OIM.

Otra de las aristas es la desaparición de migrantes. Debido a la poca presencia de personas a lo largo de las rutas o la vastedad de los territorios no es posible hallar a quienes desaparecen en el camino. Y los restos no logran ser recuperados.

El año pasado, 615 migrantes desaparecieron en su ruta hacia Estados Unidos, según la OIM.

“La falta de campañas informativas por parte de instituciones vinculadas al tema migratorio para poder orientar sobre los peligros de la migración debería ser una responsabilidad de los funcionarios de los países de tránsito, pero lamentablemente es un tema abandonado”, concluyó el analista en temas migratorios Fernando Castro a la VOA.

Llevar el cadáver de Lázaro de regreso a El Salvador tomó tiempo. Después de que Leonardo y su hermano reportaron el hecho a la guardia de México, la repatriación tomó un mes. No todos logran volver.

El pasado domingo 8 de enero mientras el presidente estadounidense Joe Biden viajaba desde El Paso, Texas, hacia Ciudad de México, 10 personas eran rescatadas por miembros del Instituto Nacional de Migración. Debido a fuertes corrientes de agua, quedaron varadas sobre rocas del Río Bravo, al intentar cruzar la frontera con Estados Unidos.

Foto @Saenzn_e

Pese al endurecimiento de las políticas migratorias y a las recientes medidas disuasorias anunciadas por Biden y su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), miles de personas siguen intentando cada día llegar a EE. UU.

«Los factores de empuje que fuerzan a los migrantes a salir de sus hogares son mucho más fuertes que cualquier intento disuasivo. El hambre, la amenaza de los grupos criminales o de Gobiernos represivos siguen existiendo y son más fuertes que cualquier barrera», asegura Adam Isacson, encargado de temas de seguridad fronteriza en el centro de investigación sobre derechos humanos en las Américas WOLA.

El millonario negocio detrás del tráfico de migrantes hacia EE. UU

En junio del 2022, 53 migrantes murieron asfixiados dentro de un tractocamión en Texas. Se conoció que las víctimas habrían pagado unos 9.000 dólares por el recorrido.

Según el reporte de 2022 del Grupo de Acción Financiera (GAFI), un organismo intergubernamental contra el lavado de dinero y otros delitos, dos tercios de las personas que en 2019 cruzaron de forma irregular de México hacia EE. UU. fueron «guiadas o acompañadas por traficantes de migrantes». El resultado: un negocio millonario.

La Oficina Contra las Drogas y el Delito de Naciones Unidas (UNODC) estima que, en dos de las principales rutas de tráfico de migrantes, de África hacia Europa y de América del Sur hacia América del Norte, se generan alrededor de 6.750 millones de dólares anuales para los delincuentes que operan en esas regiones.

De acuerdo con un estudio del Consejo Nacional de Población de México los migrantes pueden pagar entre 5.000 y 9.600 dólares por su travesía en ese país y otros 2.200 dólares para el cruce de la frontera acompañados de un guía.

México y Colombia, dos pasos cruciales

«El tráfico de personas era una actividad que realizaban los ‘polleros’ pero, con el tiempo, los grupos del crimen organizado encontraron que los migrantes podían ser una fuente de ingresos», indica el consultor en seguridad David Saucedo, en entrevista con DW desde México.

Isacson agrega que los grupos del crimen organizado, a su vez, dependen de su relación con agentes estatales corruptos. «En casi cada parte de la frontera el migrante o su ‘pollero’ tiene que pagar a los grupos del crimen organizado un derecho ‘de piso’ o de tránsito, y esos grupos pagan sobornos a agentes del Estado. Son muy pocos los migrantes que logran hacer el recorrido sin la participación del crimen organizado», concluye el experto en seguridad fronteriza.

El cartel de Sinaloa, el de Jalisco y los Zetas son algunos de los que figuran detrás del tráfico de migrantes. Según Saucedo, en la mexicana ciudad Juárez, son frecuentes los enfrentamientos entre los Mexicles (brazo armado del cartel de Sinaloa) y la Línea, (que trabaja con el cártel de Juárez), para capturar el manejo de las caravanas migratorias.

En Colombia, el panorama no es muy diferente. Según Jeremy McDermott, director en Colombia del centro de estudios sobre seguridad InSight Crime, hay dos organizaciones detrás del tráfico de migrantes en el país: el Tren de Aragua, una megabanda que trata principalmente con migrantes venezolanos, y las autodefensas Gaitanistas o Clan del Golfo.

«Los migrantes son extremadamente vulnerables a la explotación y el reclutamiento por parte del crimen organizado. La violencia de género está muy generalizada, al igual que la extorsión y el robo», explica McDermott a DW. Solo entre abril del 2021 y mayo del 2022, Médicos sin Fronteras atendió a 420 mujeres y hombres por casos de violencia sexual durante su paso por el Darién.

En México, de acuerdo con Saucedo, hay diferencias entre los riesgos según las nacionalidades. «Con los mexicanos, lo que quieren estos grupos es tener una renta, entonces los dejan pasar porque saben que van a ir y volver dos o tres veces al año». Sin embargo, «los centroamericanos, cubanos o haitianos, que difícilmente van a regresar a México, es más frecuente que sean víctimas de otros delitos como explotación sexual y secuestro con fines económicos, o para labores de mano de obra esclava», dice.

Isacson asegura que, según la información recogida por WOLA, en el caso del tránsito por Centroamérica, «no son tan frecuentes los secuestros u otros asaltos violentos», pero sí «los sobornos por parte de autoridades».

Según registros del Departamento de Seguridad de EE. UU, el país cerró el 2022 con números históricos de migración irregular. Las patrullas fronterizas reportaron un promedio diario de 6.300 encuentros con migrantes indocumentados en el año fiscal 2022 (hasta septiembre). UNODC estima, sin embargo, que las entradas irregulares anuales a EE. UU. alcanzan los 3 millones: más de 8.200 personas cada día.

Las muertes de migrantes en el cruce de fronteras también alcanzaron sus máximos, con 830 solo del lado estadounidense. En las estadísticas del proyecto «Missing Migrants», de la Organización International para las Migraciones (OIM), las muertes y desapariciones el año pasado fueron 521 en la frontera entre EE. UU. y México y 195 en la ruta de Cuba a EE. UU.

El informe indica que la violencia en ruta es la segunda causa más común de muerte en el cruce por México, y representa más del 10 por ciento de las muertes y desapariciones totales de migrantes registradas desde 2014 en las Américas.

Pero, en opinión de David Saucedo, el impacto del tráfico de migrantes y la violencia que sufren es difícilmente medible si se considera que no tienen la confianza para denunciar porque ellos mismos están cometiendo un delito y se exponen a ser deportados. Y a esto se suma la corrupción de las instituciones del Estado: «Muchos miembros del Instituto Nacional de Migración están con las redes de tráfico, entonces una denuncia ante ellos es una sentencia de muerte». (Información VOA, y DW).