–Jefes de Estado y de Gobierno participarán esta semana en el 78.º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, en la sede del organismo, en Nueva York, EE.UU.
Pero líderes como el presidente ruso, Vladímir Putin, o el mandatario chino, Xi Jinping, no asistirán a la reunión.
Putin será representado por su ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov.
Por su parte, el presidente chino, Xi Jinping, será representado por el vicepresidente Han Zheng. Desde la Cancillería del gigante asiático subrayaron que Han se reunirá con «líderes de países relevantes» sin especificar naciones concretas.
La cita ocurrirá en un momento en el que «las grandes potencias están ocupadas guerreando entre sí (aunque de forma indirecta)», sintetiza el diario estadounidense Politico.
Desde la ONU señalaron que el debate general de los líderes mundiales se realizará bajo el lema de «reconstruir la confianza y reactivar la solidaridad mundial». Asimismo, el ente hace hincapié en la necesidad de acelerar las acciones dentro de la Agenda 2030, lo que implica poner en marcha de forma «urgente» los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El conflicto en Ucrania figura también en los temas a abordar, en medio de los intentos infructuosos de Kiev de seguir con su contraofensiva y los llamados a la paz por parte de varios países como Turquía, la India, Brasil, China y Sudáfrica, entre otros.
Se espera que el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, se dirija a la Asamblea General en persona. Desde Politico señalan que Zelenski quiere realizar «una ofensiva de seducción» durante la cual planea mantener «tantas reuniones en persona con líderes latinoamericanos, asiáticos y africanos como pueda».
La Asamblea General también se celebrará en medio de persistentes reclamos de los países del Sur Global que buscan un papel más importante en el mundo.
Estos mensajes ya se han materializado con la decisión de los BRICS (Brasil, Rusia, la India, China, Sudáfrica) de ampliar el grupo con la invitación de Argentina, Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía. Otro ejemplo de ello es la incorporación de la Unión Africana en el Grupo de los Veinte (G20).
Además, los países del Sur Global abogan por una reforma integral de la propia ONU y otros organismos internacionales. Esto, según las palabras del presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, implica que el ente sea más «representativo, eficaz y democrático».
La cita de los líderes mundiales también se dará en el contexto de una serie de golpes de Estado ocurridos en África, con Gabón y Níger como los dos últimos ejemplos, así como el conflicto bélico civil en Sudán.
En paralelo, Occidente se ha replanteado su retórica hacia China con un mensaje de «reducción de riesgos, no desvinculación». El presidente de EE.UU., Joe Biden, aseguró durante su reciente visita por Asia que su país no busca contener al gigante asiático, sino que quiere una relación previsible.
El diario estadounidense destaca que la semana de la Asamblea General es un lugar «ideal» para el presidente estadounidense, Joe Biden, ya que busca mostrar que Washington sigue presente en Oriente Medio, una región donde China también aumenta esfuerzos diplomáticos, lo que ya resultó en el reacercamiento entre Irán y Arabia Saudita.
En este contexto, Politico enfatiza que Biden podría reunirse con su par turco, Recep Tayyip Erdogan, u otros líderes regionales para intentar promover la normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudita. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, participará de la Asamblea General, aunque aún no está claro si participará el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman.
Mientras, el secretario general de la ONU, António Guterres, tiene un «éxito limitado» en promover la agenda que se centra en los desafíos de carácter global, incluido el cambio climático y la pobreza, en vista de los retrocesos en la aplicación de los objetivos que deberían ser alcanzados hasta 2030, fecha límite fijada por la propia ONU en 2015.
Desde el ente señalan que el tiempo «apremia», dado que solo el 12 % de las 140 metas consensuadas «van por buen camino», casi la mitad está «moderada o gravemente desviada» y un 30 % no ha registrado «ningún avance» o ha caído por debajo de la línea de partida. (Información RT).