–Tras producirse este jueves la liberación por parte del Eln de don Luis Manuel Díaz, padre del futbolista Luis Díaz, el presidente Gustavo Petro, escribió un lacónico trinó en su cuenta en la red social.

«Viva la Libertad y la Paz», precisó sin hacer más comentarios.

Posteriormente informó que dialogó telefónicamente con don Luis Manuel, quien le indicó que se encontraba en buenas condiciones de salud y que ahora su mayor deseo era viajar a Inglaterra para encontrarse con su hijo.

Mientras tanto, la delegación del Gobierno en la mesa de diálogos con el Eln, advirtió que este hecho sumió el proceso en una situación crítica y subraya que
que «por ello ha llegado el momento de tomar decisiones que eliminen el secuestro, como lo hemos solicitado desde el comienzo de los diálogos» y agrega:

«Nuestra delegación exige desde ya, y exigirá en la próxima reunión con la delegación del Eln, que cada una de las personas que esta organización tiene en cautiverio sea liberada en condiciones de seguridad y dignidad de manera inmediata».

Subraya que «el Eln ha justificado este método argumentando que es parte de su financiación», pero advierte que «es insostenible argumentar, desde un punto de vista ético, que comerciar con seres humanos es lícito, aún bajo las condiciones de un conflicto armado».

Considera que cualquier discusión sobre mecanismos de financiación a esta organización armada solo podrá hacerse una vez que se aclaren los términos de su proceso de incorporación política en el escenario del fin del conflicto, tema que también debe ser abordado en la próxima reunión.

La delegación del Gobierno Nacional en la mesa de diálogo de paz con el Eln hizo estas precisiones luego de celebrar la liberación de don Luis Manuel Diaz.

En el comunicado afirma que registra con satisfacción que esta liberación, coordinada por integrantes de la mesa de diálogos, se haya producido con total respeto por la dignidad de don Luis Manuel Díaz, la de su familia y la de la gente que lo rodea.

No obstante, advierte que el secuestro es un crimen que ultraja cruelmente la dignidad humana, provoca inmenso sufrimiento a las familias y comunidades, vulnera la humanidad del secuestrado en su mas profunda intimidad.

Añade que este tipo de crímenes ocasiona un grave daño a la confianza de la sociedad colombiana sobre la posibilidad de alcanzar la paz y se convierte en un gran obstáculo para llegar a los acuerdos y a las transformaciones que se puedan pactar a través de un diálogo responsable y libre.

Puntualiza que la práctica sistemática del secuestro es enemiga de la paz, genera odios difícilmente superables contra sus perpetradores, es un delito continuo -ya que se prolonga más allá del acto mismo de la retención-, genera una angustia permanente para el secuestrado y sus seres queridos y un total rechazo por parte de la comunidad nacional e internacional.

Firman los diez integrantes de delegación con Otty Patiño, el jefe, a la cabeza.