Cronica La Crónica

El Salado; Una masacre que no era nuestra

Villa del Rosario, o más conocida como El Salado es un corregimiento del Carmen De Bolívar en donde la tierra es muy seca, el  principal ingreso para los pobladores  son los cultivos de Tabaco, Ajonjolí y Yuca.

 

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Este pueblo es conocido como El Salado por el agua que allí llega, que aunque es en abundancia no es consumible por su sabor a sal.

El Salado es un corregimiento del Carmen de Bolívar localizado a 18 kilómetros de la cabecera municipal, en la región de los Montes de María, en el departamento del Bolívar es una zona bastante montañosa y llena de árboles, los pobladores dicen que  aunque es una tierra seca, el ganado es bastante sano y es además muy bien vendido.

Pero, esta zona no es conocida en el país simplemente por su ganado, su agricultura o su gente, es muy conocida en Colombia desde el 18 de Febrero del 2000, cuando las manos violentas hicieron de esta población sangre y más miseria.

Ahora existen muy pocas casas, el calor es insoportable, pero aún así su gente hoy vive feliz porque ya se sienten más seguros.

LA MASACRE DE EL SALADO

La estrategia

Uno de los grupos más poderosos del país empieza a planear su ataque terrorista, se empiezan a crear una de las masacres más terribles que ha vívido la nación. Carlos Castaño, Salvatore Mancuso y Jorge 40 dan la orden de atacar al corregimiento de El Salado, Carmen de Bolívar.

La orden acabar con el pueblo.

Ejecución

El 16 de Febrero llegan al salado 450 paramilitares de distintos bloques por varias entradas al corregimiento, incluso el 17 de Febrero el grupo paramilitar denominado Amaury se enfrenta con el frente 37 de las Farc en el sitio conocido como Loma de las Vacas.

En el pueblo el terror comenzó a reinar, estos dos días fueron de desplazamiento de los paramilitares hacía el corregimiento y de desplazamiento de los pobladores huyendo de la masacre.

18 de Febrero del 2000

Entre los árboles y entre los montes empezaron a aparecer uno a uno, llenos de furia contra una población que el único pecado que tuvo fue haber nacido en Colombia. Gente que no tuvo ni siquiera la oportunidad de conocer su pueblo en buenas condiciones, personas que ni  siquiera sabían leer, que no conocían la ciudad, y que no sabían para que estaba el Gobierno si no ayudaba cuando más lo necesitaba.  

El conflicto interno del país ha llevado a que personas como las de El Salado mueran sin ni siquiera conocer la causa de su muerte, sin ninguna explicación y además morir de la manera más cruel.

El 18 de Febrero del 2000 esta población del Carmen de Bolívar conoció la peor de sus suertes, la orden de Carlos Castaño y su gente comenzó a hacerse realidad.

Los hombres empezaron a sacar a cada persona de su casa, como si fuesen para una fiesta, porque como si fuera un ambiente festivo los violentos pusieron música para perpetuar una de las peores masacres de la historia.

Mientras los paracos reían por ver a la gente sufrir, los que podían corrían hacía un lugar mejor, los que no podían correr por estar retenidos fueron llevados uno a uno hasta el parque principal que es una cancha de micro futbol, ahí los pusieron a aguantar el inclemente sol mientras los malos reían.

Las víctimas eran escogidas al azar, algunas eran señaladas por supuestos desertores, otras eran asesinadas por mostrar miedo. Mientras asesinaban, celebraban las muertes con música de tambores, gaitas, y acordeones. Ahí también violaron a las mujeres delante de los habitantes del pueblo. Los sobrevivientes recogieron a los muertos al otro día y los identificaron en la iglesia, luego cavaron fosas comunes donde enterraron hasta 4 cuerpos juntos y así poco a poco se fue formando una de las peores masacres de la historia en nuestro país.

Finalmente, esta masacre dejo un saldo de más de 60 muertos y muchas personas desplazadas además de un pueblo destruido.

Lo que siguió

Después de la masacre, los paras dañaron cuanto bien material hubiese en el pueblo, tumbaron casas y cumplieron con la misión de acabar con el corregimiento. Después de estos días llenos de violencia no quedó nada… Además de morir muchas personas, murió la historia de un pueblo.

Muertes a manos de los paramilitares, pero también muertes como la de la niña Helen Margarita Arrieta de siete años que murió entre los montes, deshidratada después de huir de los violentos.

El mundo conoció sobre la masacre de El Salado pero hoy muy poca gente la recuerda, diez años después la gente a empezado a retornar porque allí está su vida y porque como dice Doña Juana Montes de Cabrera, una de las pobladoras más viejas del corregimiento, “la vida de desplazado no es buena”.

Muchos de los desplazados retornaron porque no encontraron otra oportunidad, y porque mal que bien este es su pueblo querido donde han vivido toda su vida.

Ahora, diez años después el Estado hizo presencia ya hay escuelas, y ya hay fuerza pública y los pobladores dicen sentirse bien aunque sea más seguros, pues están en su pueblo, aunque todavía no ha sido pavimentado, pero hay sobreviven con lo poco que tienen, hoy le piden al Gobierno que haga presencia, que los ayude y que no los abandone, como quizás hace unos años lo hizo.

El Gobierno tiene el compromiso de ayudar a reconstruir el corregimiento para que los que se fueron vuelvan.

Hoy, casi 10 años después, han regresado aproximadamente 876 personas a la cabecera urbana de El Salado (y 400 más a las veredas aledañas para un total de 1000).

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