El comandante de la Policía de Bogotá, general Luis Eduardo Martínez señaló este sábado que el rastro de sangre hallado en el lugar donde desapareció el pasado domingo el patrullero Jairo Alberto Díaz, en un cerro del barrio Villa Nidia de Usaquén, no corresponde a restos sanguíneos del uniformado según el reporte entregado por los estudios forenses.
A una semana de la desaparición del patrullero Díaz, las autoridades no han podido establecer que pasó con el policía de 23 años, quien al momento de perderse se encontraba atendiendo un llamado de la comunidad el general Martínez aseguró que la prueba de polígrafo, practicadas a los tres policías que acompañaban a Díaz al momento de su desaparición, resultaron negativas.
El enigma sobre la suerte corrida por el agente de la policía creció tras establecerse que el chaleco antibalas y el bolillo que fueron encontrados en la zona no pertenecen al uniformado.
Las operaciones de búsqueda del patrullero se extendieron a la zona rural del vecino municipio de La Calera, Cundinamarca y continuarán indefinidamente, además el comandante de la Policía Metropolitana explicó que se han adelantado 980 registros en el sector de Villa Nidia, pero hasta el moemento la búsqueda ha sido infructuosa.
El hecho se registró sobre las 3 y 30 de la tarde del domingo, cuando el uniformado en compañía de dos compañeros remontaban un pequeño cañón en el sector, los otros dos policías de un momento a otro perdieron de vista al patrullero Díaz Vergara.
Aunque lanzaron voces, no obtuvieron respuesta y procedieron a lanzar la alarma.