En Copenhague, ha surgido una iniciativa gastronómica. Se trata de un restaurante en el que los comensales disfrutan de platillos hechos a base de comida descartada o a punto de caducar. Los creadores del restaurante dicen que su propósito es combatir el desperdicio de comida.

Los platillos se producen utilizando principalmente productos descartados por tiendas, productores o agricultores que no venden por distintos motivos: su forma o tamaño, exceso de mercancía, falta de espacio en los almacenes o por estar a punto de caducar.

El restaurante llamado Rub&Stub,fue abierto hace apenas una semana y ya ha recibido gran atención, no solo en Dinamarca, sino en todo el mundo. Aunque Los precios, pese a todo, no son bajos; un plato principal cuesta entre 115 y 130 coronas danesas (15 a 17 euros), muy por encima de los precios comunes de los restaurantes de la ciudad.

«Nuestra idea no es abrir muchos restaurantes, sino servir de ejemplo», afirmaron en el restaurante, que realiza este proyecto sin ánimo de lucro.

La chef principal llamada Irina Bothmann está especializada en la planificación de menús y encargada de la coordinación de voluntarios, además de la única empleada, junto con la directora del local que recibe sueldo ya que los fondos van destinados a niños de bajos recursos.

«Es un proyecto emocionante y que tiene sentido, porque si no, estos productos habrían acabado en la basura», afirma Astrid Engholm, una voluntaria de los 70 que trabajan en la cocina.

Pese a haber cerrado acuerdos con un par de grandes supermercados de la ciudad, este suministro no llega a cubrir todas las necesidades de la cocina, por lo que una parte de las ganancias está reservada a poder comprar algunos ingredientes necesarios para la elaboración del menú.