Opinión

Un oso…un soberano oso

mauricio-botero-caicedo Por Mauricio Botero Caicedo
Haga usted de cuenta, amigo lector, que un vecino le cuenta que va a hacer una matrimonio al que ha invitado a 120 personas. Y llega el día del festejo y de los 120 invitados, sólo aparecen 8. Y de los ocho que aparecen, por lo menos 6 son insignificantes o unas verdaderas crápulas.

Eso, amigo lector, es lo que le pasó a Nicolás Maduro con la Cumbre de los Países No Alineados que se acaba de llevar a cabo en la Isla de Margarita en Venezuela. Fue un oso…un soberano oso…

Vamos por partes. Maduro, en una de esas declaraciones ridículas que suele hacer, afirmó que esta Cumbre de No Alineados sería recordada durante siglos. No le falta razón a don Nicolás: Fue una Cumbre con una asistencia tan pobre que será objeto, durante siglos, de burla y sorna.

Por otra parte, hagamos un breve recuento de los asistentes: En primer lugar está Robert Mugabe de Zimbawe. Mugabe, aparte de ser un asesino, es uno de los mayores ladrones en la historia reciente de África, un continente conocido por ser el continente más corrupto del mundo. También hicieron acto de presencia dos pajarracos de dudoso plumaje: el Presidente de Irán y el líder palestino.

De nuestro continente asistieron cuatro saltimbanquis, tres de ellos untados de petróleo que en su día Venezuela les regalaba. En primer lugar estaba Raúl, aprendiz de Dictador de su hermano mayor Fidel. También estaba Daniel Ortega de Nicaragua, un déspota tramposo que no se cansa de colocar a sus parientes en posiciones claves, no sólo para afianzarse en el poder de manera vitalicia, sino para arrasar con las arcas públicas. Hizo presencia igualmente Rafael Correa, aquel ‘Galán de Vereda’ del Ecuador, que no se pierde ocasión de salir retratado con una cursi camisa de flores. Finalmente estaba el Primer Ministro de Domenica, un pobre diablo que no amerita la pena ni recordar su nombre.

Pero lo que es asombroso es que ese ramillete de cretinos crea sinceramente que el Grupo de los No Alineados tiene la menor importancia. A la hora de la verdad, las declaraciones de ese Grupo van a tener la misma resonancia que puede tener las conclusiones de un Foro de Proctólogos reunido en Valledupar. ¡O sea, ninguna¡

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