Nacional Risaralda

Emberas asentados en Bogotá ya llegaron a Risaralda

Foto Unidad de Víctimas
En la Institución Educativa Intercultural Dokabú, arribó el primero de los 16 buses que llegaban con indígenas retornados, la fiesta por la llegada de los familiares que no veían hace más de una década fue inevitable, sin duda una emoción incontenible que debió fundirse entre lágrimas y abrazos.

La alegría de las familias indígenas embera tanto retornadas como receptoras por el proceso de regreso a sus territorios ancestrales, tras encontrarse en difíciles condiciones en la capital del país; fue la principal característica del proceso que se vivió en los resguardos indígenas de Gitó Dokabú y Sigüepa, en Pueblo Rico y Mistrató, respectivamente.

Muchos de estos indígenas salieron por causas del conflicto armado de la tierra que los vio nacer hace más de 10 años, algunos hasta 15, e incluso parte de los menores de edad que retornan son nacidos en tierras bogotanas y hoy pisan por primera vez los resguardos en los que se gestaron sus padres y abuelos.

Sobre las 10:00 a.m. y ya con el sol a las espaldas en la Institución Educativa Intercultural Dokabú, arribó el primero de los 16 buses que llegaban con indígenas retornados, la fiesta por la llegada de los familiares que no veían hace más de una década fue inevitable, sin duda una emoción incontenible que debió fundirse entre lágrimas y abrazos.

Con ellos un escuadrón de funcionarios que no desafallecieron en su misión de acompañarlos hasta el territorio: Unidad para las Víctimas, Alcaldía de Bogotá, Policía Nacional, la Alta Consejería Distrital para las Víctimas, La Paz y la Reconciliación, ICBF, Gobernación de Risaralda, Sena, Alcaldía de Pueblo Rico, Ejército Nacional y los organismos de control como: Procuraduría, Personería y Defensoría del Pueblo, que se hicieron presentes para monitorear el proceso.

“Este es un retorno en el que llevamos trabajando cerca de seis meses, todo está acompañado de los principios de voluntariedad, seguridad y dignidad, dentro de esas condiciones de dignidad hacemos especial énfasis al tema de acceso a la salud, educación, vivienda digna y sostenimiento de las comunidades a nivel socioeconómico, para que en determinado momento no se nos vayan a regresar a las ciudades”, expresó Ramón Rodríguez director nacional de la Unidad.

Luego del desembarque y el respectivo desayuno cada una de las familias retornadas recibieron de las diferentes entidades los kits necesarios para garantizar su permanencia en las distintas localidades.

Ayudas humanitarias con menaje para cocina, colchonetas, cobijas, toallas, ollas, utensilios de aseo, mercado suficiente para un mes y garantía del mismo por lo que resta del año, acceso a salud y educación, kits para mejoramiento de vivienda, semillas y proyectos productivos, algunas de las ventajas que tendrán quienes regresaron de la capital de la República y sus respectivos núcleos familiares.

“Lo primero que debo hacer es felicitar a la Unidad de Víctimas por la organización de este proceso, como Defensoría del Pueblo estamos siendo veedores de una actividad que apenas se inicia con el retorno de las familias desde Bogotá, somos conscientes de todas las falencias que podrían estar presentándose en el territorio, pero también reconocemos el esfuerzo del Estado para poder garantizar que los indígenas disfruten del campo y del fruto que les entrega la madre tierra, esperamos que no se presenten incumplimientos y que ellos permanezcan con sus familias”, acotó Elsa Gladys Cifuentes, defensora del pueblo en Risaralda.

Un total de 8 camiones con casi 120 toneladas de enseres llegaron acompañando a la comunidad, pertenencias adquiridas en la capital durante todo este tiempo y que hoy aportarán para el intercambio cultural entre las familias; debidamente alimentados y con las ayudas entregadas, los indígenas tomaron diferentes rumbos a lomo de mula, transporte que los llevó a sus destinos finales.

“Este es un gran esfuerzo que hace el Gobierno Nacional a través de la Unidad y distintas entidades gubernamentales territoriales con el fin de garantizar los derechos humanos de los indígenas dentro de sus resguardos, sin duda uno de los procesos más gratificantes que podemos llevar a cabo desde la institucionalidad y que tiene como recompensa todo este reencuentro familiar, le devolvemos a la madre tierra -como ellos mismos denominan sus reguardos- a los hijos que salieron por culpa de tiempos diferentes a la paz que hoy se respira”, comentó Freddy López Ramírez, director territorial de la Unidad.

En una semana Unidad para las Víctimas y algunos organismos de control iniciarán un proceso de visitas a los resguardos con el fin de verificar en el terreno las condiciones de los retornados y formular distintas salidas a las situaciones que puedan presentarse.

“Desde nuestra administración estamos aportando toda la experiencia que tenemos en el tema de retornos para que nuestros hermanos indígenas encuentren tranquilidad, lo principal es ayudar en este momento que atraviesan difíciles condiciones en la capital, nos caracteriza la cooperación interinstitucional y sabemos que entre todos podemos sacar adelante este proceso”, comentó Rubén Darío Ruiz Acevedo, alcalde de Pueblo Rico.

Alirio Arce gobernador indígena de Alto Numburutó habló así sobre el reencuentro: “Hacía casi cinco años que no veía a mi familia y estoy muy contento de poder recibirlos de nuevo en el territorio, esta es una alegría muy grande, esperamos que ellos permanezcan con nosotros y que el Gobierno nos cumpla con todo lo que se ha pactado”.