–En un escrito publicado en su página en Internet el llamado comando central del Eln dice a las Fuerzas Militares: «Es tiempo de definiciones que se produzcan rápido: o se suman al Gran Acuerdo Nacional, que debe ir más allá de los partidos políticos o se perpetúan como enemigos de la paz».

La nota titulada ¿Qué papel quieren jugar las Fuerzas Armadas? señala que «casi nadie ha sabido o querido llevar la contraria a unos militares que no se han comportado exclusivamente como un cuerpo bélico, sino que se han convertido en un sujeto político que jamás ha sido controlado por el poder civil institucional, pero que es imprescindible».

Agrega que ahora, desde que el 3 de agosto entró en vigencia el Cese al fuego, «se ha constatado que viejas estrategias de guerra sucia interna permanecen intactas, a través de operaciones encubiertas apoyándose en bandas paramilitares, ejecución de civiles indefensos a los que se acusa de ser sustento de la guerrilla, delaciones, supuestas “operaciones” contra la guerrilla que tratan de ocultar auténticos crímenes de guerra, entre otras».

Y pregunta a las Fuerzas Militares ¿Que papel quieren jugar en el futuro de Colombia?

Al respecto, precisa «que solo existen dos opciones: perpetuarse como el poder fáctico que defiende los intereses de la élite dominante y como agente del belicismo y colonialismo de EE.UU; o sumarse a la iniciativa de un gran acuerdo nacional».

Advierte que «si las FF.MM. como sujeto político militar decide participar en el gran acuerdo nacional desde el cual se emprenda la gran transformación del país que acabe con las causas del conflicto, entonces todos y todas tendremos una oportunidad».

El Eln dice que «es impensable la construcción de un proceso de paz riguroso y confiable sin el concurso de las FF.MM».

Y reitera: «Es impensable construir una paz solida al margen de ellas, pero tendrán que definirse y hacerlo de forma pública».

Señala que las FF.MM no tienen curules que las representen ni deben tenerlas, pero sí juegan un papel político principal porque Colombia vive atravesada por lo bélico desde hace al menos 80 años.

Y concluye haciendo las siguientes precisiones:

«Es tiempo de definiciones que se produzcan rápido: o se suman al Gran Acuerdo Nacional, que debe ir más allá de los partidos políticos o se perpetúan como enemigos de la paz.

No se trata de solo respetar el cese al fuego –tan necesario para las comunidades–, sino de trabajar pensando en el mediano y largo plazo en el que los soldados vuelvan a ser los protectores de un pueblo al que llevan décadas viendo con recelo».