Internacional

Cambio de enfoque en la lucha contra el narcotráfico urge de nuevo el Gobierno colombiano en cumbre de la Comisión de Estupefacientes de la ONU

–El presidente Gustavo Petro insistió este jueves en que la guerra contra las drogas ha fracasado y demandó, nuevamente, un cambio de enfoque en esa lucha, al intervenir de manera virtual en la Plenaria del 67° Periodo de Sesiones de la Comisión de Estupefacientes de la ONU, en desarrollo en la ciudad de Viena, Austria, y en la cual también habló el canciller colombiano Luis Gilberto Murillo y planteó la misma propuesta.

«Colombia convoca a la membresía de la Comisión de Estupefacientes a poner el derecho a la salud en el centro de sus debates», expresó el mandatario, tras exponer en su mensaje las razones del fracaso de la guerra contra las drogas.

Al efecto, el mandatario colombiano expuso las razones por las cuales la guerra contra las drogas ha fracasado.

A su turno, el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, presente en la sesión, expuso la Política Nacional de Drogas “Sembrando vida desterramos el narcotráfico”, la cual, advirtió, pone los derechos fundamentales de los colombianos «en el corazón de nuestra acción, da oxígeno al campesinado y asfixia a quienes se lucran traficando la cocaína».

Murillo sustentó lo dicho por el presidente Petro, recalcando que la lucha contra las drogas debe dejar de ser la prohibición y priorizar políticas de salud pública, desarrollando políticas de prevención, eliminando la estigmatización en el uso de las drogas y asegurando el acceso a programas de control de sustancias alucinógenas”.

“La política global de Naciones Unidas debería ser tratar a la gente con dignidad y garantizando sus derechos humanos debe aumentar las alternativas económicas viables a través de programas de desarrollo alternativo integrales, inclusivos y sostenibles a largo plazo” dijo y añadió:

«Debe incluir soluciones económicas para los jóvenes, las mujeres, las comunidades rurales, los afrodescendientes, los pueblos Indígenas y las poblaciones sin hogar que han sido afectados o están expuestos a actividades relacionadas con las drogas».

Además, planteó la necesidad de diseñar e implementar «una red internacional de reducción de daños para que este enfoque se convierta en un eje de la política global de drogas».

«También nos comprometemos a avanzar en la revisión crítica del sistema internacional de fiscalización de drogas, para poder conseguir un régimen realista y pragmático basado en la evidencia científica y protector de los derechos».

«Nuestra política global debe tratar a las personas con dignidad y defender sus derechos humanos», complementó.

“Si queremos impactar las vidas de individuos, hogares y comunidades alrededor del mundo, necesitamos una transformación en nuestra manera de concebir la política global de drogas, basada en evidencia real y focalizándonos en una respuesta pragmática”, puntualizó.